Tres

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Narra Carrie:


Iba caminando por mi parque favorito. Desde que regresé a casa no había venido. Este lugar me transmitía paz y siempre venía cada vez que quería estar en contacto con la naturaleza. Me pasé la mañana preparando una tarta mousse de fresa con cubierta de chocolate para la cena. Quería que la familia probara como me salía uno de los postres que me enseño la abuela. Estaba relajandome lo más posible antes de empezar a trabajar en el hotel de papá.

Me pidió ayer en la cena que empezará a trabajar para mejorar la imagen de los hoteles. No es que estuviera bajando la calidad ni nada, solo que era mejor tener nuevos socios que quisieran invertir en el nuevo proyecto de la compañía. Mejorando la calidad de los hoteles podíamos atraer más personas y empresarios que verían la oportunidad de tener más ganancias al hacer negocios con nosotros con un mínimo de riesgo. Entre mejor sea la imagen de la compañía más posibilidades tendríamos de conseguir un inversionista.


Según lo que me había contado mi padre hace un año compró uno de los parques de diversiones más grandes del estado pero estaba en muy malas condiciones, mi padre lo compró para mejorarlo construyendo un parque temático. Pero para eso necesitaba inversionistas.

Iba caminando centrada en que podía hacer para ayudar a mi padre cuando siento que choco con alguien. El golpe me hizo retrocer unos pasos, miré hacia delante encontrándome con la última persona a la que deseaba encontrar, Rick. Por qué me tenían que pasar estas cosas a mí. De todas las personas por qué precisamente tenía que chocar con él.

- ¿Estás bien? -pregunta Rick

- Si, esto no es nada. - sinceramente no me había dolido.

- Sigues igual. -dice Rick sonriendo.

- No tanto, he cambiado aunque no lo creas. -digo con voz neutral - ahora si me disculpas quisiera seguir caminando. - digo educadamente.

Pasé por su lado tratando de seguir mi camino cuando sentí que me agarró del brazo para detenerme. No me apretaba fuerte pero si ejercía la presión necesaria para que no avanzará. Sacudí el brazo con fuerza para alejarme de él

- No me toques -le digo bruscamente

- Espera - pide, duda por un segundo lo que va a decir- quisiera hablar contigo un momento.

No sabía de que quería hablar pero no deseaba escuchar ni una sola palabra que proviniera de su persona. Verlo después de tantos años me hace sentir insegura, el candado que le puse al cajón de mierda amenaza con abrirse y no podía permitir eso, no de nuevo.

- No creo que podamos hablar, me están esperando y no quiere llegar tarde. -mentí.

- No te va a tomar mucho tiempo. - dice en voz baja.

- Esta bien. Di lo que tengas que decir. -era mejor terminar rápido con esto.

- ¿Podemos sentarnos? - pidió Rick.

- No, es mejor que me mires directo a los ojos y me digas lo que tengas que decir. Además es más cómodo por si no me agrada lo que tengas que decir. -respondo tranquilamente.

- De acuerdo. -hizo una pausa, exhaló con fuerza para continuar- Solo quería pedirte perdón por todo lo que te hice la última vez que nos vimos. - dice mirándome a los ojos, su mirada parecía sincera pero de él no sabía que esperar.

- ¿Por qué me pides eso ahora? -pregunto con curiosidad- han pasado seis años, no importa si te perdono o no. - comento sabiendo que esto alargará la conversación.

El amor me hace dañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora