Uno

4 0 0
                                    

Narrador

Habían pasado seis años desde que Carrie se fue a vivir con su abuela a Londres. En esos años se centro en sus estudios y en su tiempo libre lo ocupaba ayudando a su abuela en una de las dulcerías que poseía. Cocinar era una buena terapia cuando se sentía triste. Estudio Publicidad y Relaciones Públicas, había hecho un año prácticas en diferentes agencias de publicidad. Salío pocas veces con los compañeros de la universidad. Apartaba a todos los chicos que se le acercaba a excepción de uno o dos que se convirtieron en amigos con derechos.

Carrie decidio volver a casa llevaba mucho tiempo alejada de la familia y sentía que las heridas del pasado ya estaban curadas. El avión por fin había aterrizado y a cada segundo se ponía más ansiosa. Dany la estaba esperando en la salida del aeropuerto apoyado en su deportivo rojo. Cuando la vio se acercó a ella y la abrazo fuertemente contra su pecho, como si quisiera evitar que se fuera de nuevo, Carrie le devolvío el abrazo con la misma emoción, había extrañado los abrazos de su hermano mayor.

- Haz crecido. -dice Dany mirándola de arriba a abajo- pero sigues siendo una enana. -dice bromeando.

- Jaja muy gracioso. -dice ella sonriendo- te apuesto a que mamá también me va a decir lo mismo.

- Siempre lo va a decir. -dice Dany cogiendo la maleta- vamos que te están esperando.

Pasaron todo el camino hablando y poniéndose al día. Daniel ya no era aquel muchacho inmaduro que había dejado cuando se fue. Cambió su aspecto físico se había dejado un poco la barba, tenía el pelo un poco más largo, también cambió la forma de vestir, y era mujeriego bueno en eso no cambió pero si empeoró. Había estudiado Administración de empresas y ahora estaba trabajando como director ejecutivo en los hoteles de la familia.

Llegaron a casa y ya la madre estaba en la entrada, no dejó que su hija terminara de bajarse del auto cuando estaba al lado del coche, abriendo sus brazos para que la abrazara. Carrie correspondio al abrazo, sentía que le faltaba el aire, su mamá la estaba abrazando muy fuerte. Le daba besos por toda la cara y las lágrimas caían por sus mejillas.

- Mamá me ahogas. -susurra Carrie sin aire.

- Perdón es que me emocioné. -dice soltando a su hija- Como haz crecido. -comenta examinándola de arriba a bajo.

- Eso es señal que se estaba alimentando bien y no solo de dulces en la pastelería. -interviene el padre que había llegado en ese momento. -¿No vas a abrazar a tu padre?.

Carrie corrió a los brazos de su papá como una niña en busca de cariño.

- Los extrañé mucho a todos. -dice Carrie con lágrimas en los ojos.

- Nosotros también a ti mí niña. -expresa su madre con una dulzura inmensa- Pero ya no nos vamos a volver a separar.

- Así que preparate pulga -ríe Dany.

Entraron a la casa entre risas y lágrimas de alegría. Habían pasado 3 años desde la última vez que los vio, los extraña tanto y no se iba a separar de ellos nuevamente. La habitación de Carrie seguía igual a la última vez en la que estuvo ahí. No habían movido nada, los libros, los peluches, todo estaba exactamente igual. Miró la cama de reojo y fijó su atención en el gran peluche de dragón que había en medio de la cama. El dragón era azul marino, el pecho empezaba en azul claro e iba aclarando según iba bajando hasta el abdomen; la cola, la parte adentro de las alas, las garras y los cuernos eran dorados. Había sido uno de los regalos de aniversario que le había regalado Rick, los dos eran fans a la serie Game of Theron.

Los buenos recuerdos que tiene de él no los podía olvidar aunque pasaran mil años porque en su momento la hicieron muy feliz. Ahora los recordaba y no sentía nada, ya no le dolía y eso era bueno, era señal de que lo había superado. Carrie empezó a organizar las pocas cosas que había traído, debía comprarse ropa para cuando vaya a trabajar.

Estaba sentada en su tocador acomodando las cosas cuando su teléfono sonó. Era John, uno de sus amigos con derecho, no le había dicho que se iba, seguramente ya lo sabe. Carrie respondió la llamada.

- Caroline Williams -dice John al otro lado de la línea- ¿por qué no me dijiste que regresabas a tu casa?

- Llevábamos sin vernos una semana, además quedamos que no nos íbamos a dar explicaciones. -responde Carrie tranquilamente.

- Lo se, baby, pero eso no era explicación, era como una despedida. -comenta John.

- No me gustan las despedidas. -susurra Carrie- ¿Cómo supiste que no estaba en Londres? -pregunta curiosa.

- Me lo dijo tu abuela cuando fui a buscarte para salir.

- Bueno, ya lo sabes. Puedes venir a verme cuando quieras. -Carrie volteo al sentir que alguien estaba en la puerta de la habitación- Te tengo que dejar, besos.

- Me vas a ver cuando menos lo imaginéis. -dice John- besos para ti también.

Colgaron la llamada, Daniel estaba mirando a Carrie con cara de querer interrogarla. Carrie se acerco a la cama haciéndole una señal de que sentara a su lado. Sabía que le iba a preguntar.

- ¿Quién es él que te puede venir a ver cuando quiera? -pregunta Daniel intrigado.

- Un amigo de Londres.

- Segura que sólo es un amigo. -dice levantando una ceja.

- Si sólo un amigo, nada sentimental. -responde convencida Carrie- Ahora te haz vuelto sobreprotector, me gusta.

- Bueno es que no quiero que la pase nada a mi hermanita pequeña -dice dándole un beso en la frente.

- No seas exagerado solo me llevas 5 años de diferencia. -dice Carrie dándole un pequeño golpe en el hombro.

- Aun si fuera menor que tu tendría que protegerte. -dice riendo- Con lo delgada que estás no puedes hacerlo tu sola.

- Tomé clases de defensa personal, nos enseñaron Artes Marciales Mixtas. -alardeó Carrie.

- Bueno un día me mostraras que aprendiste pero ahora vamos a comer. -expresó Dany.

- Ven a dormir esta noche conmigo. -pide Carrie- para recordar buenos tiempos.

- Cómo voy a negarme a dormir con mi pulga. -

Holaaa!!!
Espero les haya gustado
Por favor voten y comenten.
Daniel en multimedia

El amor me hace dañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora