❝CAPÍTULO DOS❞

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El consejo estudiantil se encontraba callado. Hace una semana, Teru hizo algo que provocó a Akane un enfado que para él era inexplicable. Seguía preguntándose qué hizo de mal para que Akane reaccionara de manera tan brusca. ¿Desde cuándo está mal preocuparse por los otros?

Akane estuvo cortante con él desde aquel acontecimiento así que en el consejo estudiantil no se escuchan más que cosas necesarias. No hay más conversaciones triviales ni comparten informaciones recientes. Parecía que toda su “amistad” se desmoronó por completo aquel día.

Como Teru no entendía nada, pensaba recurrir a su hermano menor. Él tenía novio y amigos, seguro que sabía lo que pasaba con Akane y le ayudaría a reestablecer esa amistad. Ahora que lo piensa, sería buen psicólogo su hermano.

Olvidó por completo ese pensamiento recordar la enorme pila de ojas que tenía que firmar. Era algo anormal. Probablemente lo peor que le hayan dado en toda su vida. ¿Papeles para firmar? Claro que los firmaría pero no sé imaginaba esto. Nunca le dieron tantos en su vida. Llevaba apenas la mitad y ya llevaba dos horas completas sentado en aquella aburrida sala sin ningún Akane que le pudiese reprender por algún comportamiento infantil o algo.

Empezaba a ser aburrido estar solo. Recordaba los primeros años de instituto. Siempre fue una persona solitaria. Nunca tuvo verdaderos amigos, solo lo querían por su aspecto y aquellas perfectas notas que a final de año todas las profesoras presumían menos él. El portador de aquellos excelentes, era él único que no se las restregaba a cada persona que veía. Siempre pensó que todo el mundo era asqueroso pues nadie nunca aportó nada positivo hacia su persona.

Estaba tan cansado de ser perseguido por alguien que en verdad no es.

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Dos horas. Dos malditas horas más estuvo ahí sentado. Estuvo un total de cuatro horas y media firmando toda clase de papeles para sus profesores. Debía tomar un descanso. Sentía que podría caerse a pedazos en algunos minutos más si seguía moviendo su mano en aquellos movimientos tan repetitivos después de cuatro horas copiandolos.

𝐕𝐀𝐈𝐍𝐈𝐋𝐋𝐀 𝐘 𝐂𝐇𝐎𝐂𝐎𝐋𝐀𝐓𝐄 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora