𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟯: 𝗦𝗲𝗿𝗲𝗻𝗮𝘁𝗮 𝗮 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗮 𝗻𝗼𝗰𝗵𝗲

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— Ahh, pero que bien dormí — Ya en la mañana el sol asomaba unos rayos sobre la habitación de cierto peli blanco.  Pero sus ojos se abrieron como platos al ver a su superior en aquella situación.

— ¡Bue-nos días Atshushi-kun~! — En la voz de Dazai se podía saber cuan asustado estaba, una mezcla de canturreo y espanto. Ya que estaba colgando de la lámpara de la habitación, un espectáculo divertido en opinión de alguna persona que lo vea.  Mientras tanto el canino miraba a Dazai sin siquiera ladrar.

— ¿Cuánto llevas en esa posición? — El peli blanco retiro al perrito y lo cargo como un bebé.

— 10 minutos, eso sin contar no pude pegar los ojos en toda la mentada noche — Giro levemente el cuello para ver la hora en el reloj de pared, giró nuevamente para ver a Atshushi con una sonrisa mañanera.

— Pe-ro Dazai- — Bajo al perrito puesto que veía como la lámpara se caía, pero no fue muy necesario gracias a la altura de Dazai, aunque.

— Ay, gracias Atshushi. Pero no era necesario usar tu cuerpo como colchón — Joder que blandito pensó Dazai, cayó encima del peli blanco, quedando con la cara de Atshushi con la suya. Se quitó de encima de él para ayudarlo con su mano al menor.

— Da-zai-san, esto — Acepto la mano que le tendió el castaño, las mejillas de este ardían al sentir el cuerpo del contrario.

— ¿Cómo le pondrás al perrito? — A una distancia prudente hizo la pregunta al chico.

— Ahora que lo dices, no lo sé — Cierto nunca pensó en eso, llevo su mano a su mentón para tomar una posición de pensamiento.

— Grr~ — Cierta panza rugió de hambre, la de un peli blanco.

—Jaja veo que tienes hambre ¿eh? Por qué no vamos a comer y luego piensas en un nombre para la bestia, oye ese nombre me gusta — Joder que gran nombre, pensó mentalmente Dazai.

— No creo que le quede ese nombre, pero creo que tienes razón vayamos a desayunar — El peli-blanco miró al perrito, es decir, ¿Como una bolita de pelos tan tierna podría llamarse así?

— ¡Genial! ¿Que quieres de desayuno? — ¿Dazai y cocinar? No era una buena idea después de todo, digamos que es mantener al suicida lejos de la cocina.

— ¿Tú sabes cocinar? — Atshushi no podría creerse que Dazai cocinara algo.

— Claro que se — Exclamó este confiado en si mismo.

Minutos después...

El castaño corria de un lado al otro el sonido ensordecedor de la alarma para incendio sonaba sin cesar. ¿Cómo paso esto querrán saber? El castaño estaba muy  tranquilo preparando el desayuno, cantaba su canción favorita cuando cierta bola de pelos comenzó a ladrar, el castaño al verle ten cerca de sus pies se asusto y pues corría escapando de el olvidándose de la comida y esta se quemó toda, el peli-blanco rápidamente tomo una cubeta de agua y le echo a la cocina, abrió las ventanas dejando ir el humo, Dazai estaba sobre la mesa alejando a aquella bestia.

— Supongo que tendre que limpiar este desastre — Sin más remedio que poner orden ante tal cochinero.

— Atushi-kun, saca a esa bestia de aquí — Lloriqueaba el mayor.

— No, ese es tu castigo por quemar la comida ahora debo limpiar — El peli-blanco suspiro pesado y sonrió.

— ¡Atsushi-kun! —  Plañio el castaño al peli-blanco.

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Ubicación: Tienda de cuerdas.

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