𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟱: ¿𝗗𝗼́𝗻𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮́𝘀 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗲𝗹𝗹𝗶𝘁𝗮?

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— Te lo juro Odasaku, esto nunca lo había sentido con nadie — Habló un enamorado castaño, hablando se encontró con su ex mejor amigo que todo contaba, en el bar que antes era destinado a hablar entre ellos.

— Significa que amas a Atsushi Nakajima, has progresado mucho desde la última vez que nos vimos — Comentó el ojos marrones, admirando el vaso que contenía alcohol, un par de cubos de hielo sacudiéndose tal cual icebergs derrumbandose.

— Me doy cuenta que cuando estoy con él mi corazón se acelera, quiero que el tiempo se detenga así estamos él y yo — El de melena castaña expresó en casi un suspirar, tremendo suspiró que demuestra ese amor profundo.

— Felicidades Dazai, estás enamorado ¿Vas a decirle lo qué sientes? —

— Le diré que lo amo, que quiero estar con él en las buenas y en las malas. Quiero estar a su lado, porque es el chico más dulce, tierno, amable y lindo que pude haber conocido —

— ¡Dazai-san es hora de despertar! Adelante arriba al día — Dijo un chico peli-blanco despertando de ese sueño al mayor de esa habitación, despertar para ir a la agencia en plena mañana era parte de la rutina diaria.

Si fuera por decisión de oji-avellana llevaría de la mano al joven de cabello blanco, estar a un paso cerca de Atsushi Nakajima, llegaron a su trabajo y comenzó el eterno tormento para Dazai Osamu.

— Kunikida-kun~ un consejo te estoy pidiendo — Habló en un cántico el castaño a  un rubio trabajador, estuvo la noche en vela pensando en la declaración a su amor por Atsushi.

— Estás haciendo esto para escaparte del trabajo, ya te conozco — Sin más que decir Doppo Kunikida dijo aquello, regresando la vista a las páginas en blanco.

— ¿Qué? Ay no, está vez no es para eso Kunikida-kun~ — De verdad por está vez un consejo de amor es todo lo que buscaba, ¿Qué más qué un consejo sano?

Kunikida Doppo un hombre con ideales fuerte que no deja quebrar su buena voluntad, una de oro que debía procurar por el bien de su vida y así debía de contener.

— Atsushi-kun, es hora del cuento de hoy — Canturreo el de largas vendas, ir a escuchar esa nueva historia era incapaz de estar en el mismo lugar quieto.

— ¿Cuántos tienes, cinco años?  Estás siendo muy infantil Dazai, más de lo acostumbrado — Al rubio un dolor de cabeza le causaba su compañero de trabajo, algo de cada día. 

Pasó el día como cualquiera otro, sin novedades a destacar, nada más que las peleas infantiles de Kunikida y Dazai.

— Bien vámonos Dazai-san, hasta luego Kunikida — Se despidió de Kunikida, en camino estaban para la próxima historia maravillosa.

— Atsushi, dame tu mano no quiero terminar en el hospital — De los labios del albino se escabullo una risa tímida, andando fueron al sitio que acordaron a contar las historias.

Una vez llegado a ese punto acordado, tomaron asiento uno del otro empezando la historia de dudoso proceder.

— Está era la historia es sobre un hombre que siempre estaba feliz, tenía una sonrisa sincera, eso incomodaba a sus vecinos porque ver esa sonrisa cada vez que lo veían salían corriendo donde él no estuviera, pobre hombre gracias a esto se sentía tan solo, el no compartir nada con nadie lo ponía triste, por lo que se veía era una maldición que tenía desde su niñez, así no podía relacionarse con otros seres humanos, quería sentir otras emociones además de felicidad — En está narración Atsushi se centró en una voz suave, fácil de comprender ese mensaje que quería transmitir.

— Woah Atsushi, cada día me sorprendes más con tus historias ¿Cómo lo haces? — Osamu no pasó desapareció a los detalles la historia, más bien su atención se centró en los orbes heterocromaticos. 

— Las escribo pensando en los sentimientos de los seres humanos, algo que quieran transmitir ¿Por qué me ves mucho Dazai-san? — Detuvo la explicación de inspiración que obtuvo para la historia, en cuanto se enteró que su superior lo veía con ojos enamorados.

— Tus ojitos son hipnotizantes, eres como una estrellita que descendió del cielo para salvarme de esta maldita pesadilla — El comentario iba con toda la intención de declarar los sentimientos de su corazón.

— Tú eres divertido con tus comentarios Dazai-san, me haces suspirar con esos lindos comentarios, podría abrazarte por siempre — Le siguió el cumplido, el peli-blanco también lo veía directo al de melena castaña.

— Eres el chico que quiero tener en mi vida, soy tu sombra y tu mi estrellita, has alumbrado mi vida — Dazai tiró ese comentario más dulce, práctico la declaración al espejo en un descanso en el trabajo.

— Creo que estamos en la misma sintonía Dazai-san — Los ojitos del albino eran de un lindo brillo, escuchar palabras bonitas le hacían suspirar.

— Atsushi no me imagino un futuro sin ti, quiero admirar tus enojos, tus alegrías, cuando lloras mi corazón se parte en dos, odio verte como alguien te hizo vivir un infierno, contigo a mi lado quiero que lo siguiente que sientas es un hermoso cielo. Quiero ser el único que conozca todo eso de ti, porque tú eres más que un chico, eres mi Atsushi, mi lindo Atsushi y te amo, no soportaría tenerte lejos ¿Puedo ser tu pareja? — Esa declaración era la que más sonó en su cabeza, dijo al fin eso sentimientos guardados en el corazón que latidos encendía la alegría de su ser.

— Dios Dazai Osamu, te amo mucho, te adoro claro que quiero ser tu pareja — Linda forma de expresar un si a esa relación, ¿Qué más podía pedir? Si con ese chico castaño lo podía tener todo, amor mucho amor. 

Tiempo después.

Dazai y Atsushi mantenían una linda relación en la que hay mucha confianza, en la agencia a veces tenían que separar a esa pareja acaramelada que no podían vivir lejos uno del otro, una muy bonita relación con tropiezos y cosas buenas.

Entre esos días Dazai Osamu tomó la decisión de llevar a su pareja a la tumba de su amigo muerto, un hasta luego sería lo que se dirían a los ojos unidos en el hermoso sentimiento del amor. 

— Odasaku después de mucho, Atsushi por fin está a mi lado como yo quería, nos amamos — Dijo mirando a la tumba de Odasaku, tanto había pasado desde la visita a su amigo, ahora con su pareja.

Atsushi sonrió dedicando una bella sonrisa al hombre que tanto amaba, diría que la vida le entregó una mejor vida de la que tuvo en el pasado.

La historia de estrellita y sombra por algo existía, se habían convertido en esos dos seres que amarse querían, disfrutaron una relación duradera por muchos años.


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