▂▂▂▂▂▂▂▂ VI ▂▂▂▂▂▂▂▂▂El delicado sonido de gotas de agua cayendo, una tras otra, en perfecta sincronía y fluyendo de forma equilibrada en un sonido acompasado captó la atención de Jiraiya.
«¿Dónde estoy?» se preguntó el samurái, no se podía mover, su cuerpo estaba rígido, como si no tuviera control sobre su cuerpo y no lo pudiera sentir. Eso debería ser aterrador, pero, por alguna extraña razón, que cuestionaba las mismísimas leyes de la auto conservación, su espíritu carecía de algún temor.
«¿Qué es esto?» se cuestionó así mismo, siendo consciente de que no podía gesticular una palabra. Sus preguntas solo eran ecos en su cráneo. El delicado sonido del agua calmaba la mente del guerrero, brindando a su alma calcina una delicada paz. Ahora, no le importaba donde estaba, que había ocurrido, sentía que su cuerpo, si es que acaso lo tenía, estaba suspendido en el tiempo.
Algo enturbió su paz. Escuchó el distinguible sonido de sollozos ahogados... una mujer estaba llorando y, ante sus ojos, se materializó un escenario, una remembranza que el mismo recordaba porque lo había vivido.
Era Tsunade postrada delante de la imagen de Buda en un antiguo templo, con un atuendo poco usual en la tosca guerrera; un elegante kimono color verde, sus labios teñidos del color de la cereza, su cabello rubio natural recogido en un sofisticado rodete; sin embargo, a pesar de la belleza inigualable que despedía la mujer, su espíritu estaba colmado con la más grande de las penas, tenía las mejillas rosadas de tanto llorar, sus lágrimas caían al suelo como un profundo manantial, su voz, una mezcla de sollozos desgarradores y súplicas incoherentes a toda deidad que le era conocida.
Una figura imponente se acercó con cautela a la visión de esa desconsolada doncella, se trataba de Jiraiya, no obstante, en ese recuerdo todo su vigor y aspecto estaban marcados por una saludable juventud. Vestía un formal kamishimo y dos katanas pendían de su cinturón.
Tsunade no se percató de la presencia del guerrero (y si lo había hecho lo ignoró), continuó ahogándose así misma en un océano de dolor.
El semblante del samurái trataba de mantenerse estoico, intentaba mantenerse con la mayor compostura, manteniendo el deber de ser educado ante una dama de sangre real, aun así, la mirada melancólica del joven Jiraiya era una prueba irrefutable de su dolor. El sufrimiento de la doncella ante sus ojos lo sentía como el suyo propio.
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❦𝗥𝗲𝗴𝗿𝗲𝘀𝗼 𝗮 𝗰𝗮𝘀𝗮 ➻【Tsunade y Jiraiya】
Fanfictionʟᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇsᴀ ᴛsᴜɴᴀᴅᴇ, ᴜɴᴀ ᴘᴏᴅᴇʀᴏsᴀ ᴏɴɴᴀ-ʙᴜɢᴇɪsʜᴀ, sᴇ ᴇɴᴄᴀᴍɪɴᴀ ᴅᴇ ʀᴇɢʀᴇsᴏ ᴀ sᴜ ʜᴏɢᴀʀ ɴᴀᴛᴀʟ ʟᴜᴇɢᴏ ᴅᴇ ǫᴜᴇ ʟᴀs ɢᴜᴇʀʀᴀs ᴄᴜʟᴍɪɴᴀʀáɴ. sɪɴ ᴇᴍʙᴀʀɢᴏ, ᴇɴ sᴜ ᴄᴀᴍɪɴᴏ ᴅᴇ ʀᴇɢʀᴇsᴏ ᴀ ᴄᴀsᴀ, ɴᴏ ᴇsᴛᴀʀá sᴏʟᴀ. ᴜɴ ᴠɪᴇᴊᴏ ᴀᴍɪɢᴏ ʟᴀ ᴀᴄᴏᴍᴘᴀñᴀʀá ᴇɴ sᴜ ᴠɪᴀᴊᴇ, ʏ ᴇɴᴛʀᴇ ᴇʟʟᴏs sᴜʀɢɪʀ...