Cuando cayó el atardecer, los 3 bárbaros decidieron juntarse. Bakugou había dejado a Todoroki en la cama, Midoriya fue amable de llevar a Iida a un sofá; Kaminari regresaba de fuera con Kirishima colgado de su hombro y cubierto con su capa.
– ¿Qué? – Les dijo a sus amigos cuando le vieron. Se metió de nuevo en la tienda y lo dejó en otro sofá que parecía ser el de su pieza.
Con los 3 machos desmayados/durmiendo, ya no tenían nada que hacer hasta que se despertaran. Entonces no se les ocurrió otra cosa que charlar alrededor de la fogata.
– ¿Cómo les fue? – Kaminari fue quien rompió el hielo.
Midoriya se sonrojó y Bakugou gruñó, no queriendo contestar.
– A mí me duele el coño – Comentó, esperando así obtener respuestas.
– Me golpeó con fuerza – Los dos rubios miraron con preocupación a Midoriya después de soltar las singulares palabras. Se corrigió enseguida – En mi entrepierna con la suya, me refiero.
Sus 2 compañeros volvieron a sus gestos de antes. Era bueno saber que les cubrían la espalda.
– Nada extraordinario – Dijo Bakugou sin apartar la vista de la fogata.
Pero no quería decirles que sus piernas le temblaban por ratos y que sentía su vientre lleno.
– ¿Les dijiste al resto del grupo que era seguro bajar a buscar a un hombre? – Preguntó a Denki recordando el asunto con el resto de las amazonas que les acompañaron.
– Sí. Lo harán mañana. Nosotros nos tardamos mucho...
Era cierto. Se suponía que ellos 3 iban a despejar el camino y una vez seguro, el resto podría aparearse igualmente. Pero se perdieron en el placer y para cuando les avisaron ya estaba por oscurecer; era mejor que lo hicieran mañana.
– Si nos vamos a quedar será mejor que cocinemos...
– Justo en eso estaba pensando, Kacchan.
– Tch. Bien, busquen peces y aves en el lago cercano. Traigan especias y aceites de nuestras reservas. Yo veré que encuentro aquí para poder hacer las cosas. Creo que estos tipos también tienen provisiones y utensilios.
Kaminari y Midoriya asintieron a sus órdenes mientras se alistaban para salir, yendo por algunos dragones que faciliten la cacería y pesca.
Por mientras, Bakugou inspeccionó las diminutas ollas y sartenes de la tienda, así como algunas frutas y vegetales pequeños.
– Supongo que puedo hacer un banquete con estas mierdas.
Cuando Todoroki se despertó, pensó que todo había sido un sueño. Que no existían hombres con coño, mucho menos que midan 2 metros y que se lo follen todo el día. No, eso no era real, era el demonio haciéndole tener pensamientos impuros.
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Savage Love
Fiksi PenggemarLa tribu amazónica y el reino de Yuuei han estado en conflicto desde hace 50 años. Los herederos de cada región, Katsuki Bakugou y Shouto Todoroki, han decidido establecer un tratado de paz para detener los desastres ocasionados en la guerra por su...