⊹ OS, types, imaginas y drabbles de nuestro querido rumano favorito y el adorable Bucky Barnes <3
¡ Escribí esto desde hace tres años, así que el libro cuenta con varias faltas ortográficas y errores, una disculpa por eso, trabajaré en editarlo ˙ᵕ˙
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Bucky y yo nos encontrábamos juntos en una misión, la cual hace unos momentos habíamos finalizado. Y ahora nos dirigíamos a un motel en donde pasaríamos la noche.
El cielo aún se encontraba azul y el sol estaba en todo su resplandor, pero ambos estábamos cansados y algo heridos, lo único que quería en estos momentos era llegar a una habitación de aquel motel, curar nuestras heridas y dormir todo lo posible hasta el siguiente día dónde volveríamos al complejo en Nueva York.
Ambos buscábamos algún motel cerca dónde pudiéramos pasar la noche, y por suerte, distinguí uno a lo lejos; me dispuse a comunícaselo a Bucky pero fue en ese momento que sentí...algo, una punzada, dos punzadas y después una desgarradora sensación fluyendo.
Oh no...
Giré con temor mi mirada a mi trasero pero no pude ver nada, tragué saliva sabiendo lo que debía de hacer.
—Bucky...— lo llamé, él giró a verme esperando que siguiera hablando—Necesito, necesito que me ayudes con algo...
—¿En que?— cuestionó.
—Puedes decirme si...yo mmm ¿Estoy manchada?
Bucky levantó una ceja mostrándome su confusión. Solté un suspiro y me giré esperando con mucha vergüenza su respuesta.
—¿Manchada de qué? ¿En dónde?
—B-bueno pues, manchada de...rojo. En mi pantalón
—Ah...sí, ¿Qué te sucedió?
—¡¿ESTOY MANCHADA?!— exclamé y él sólo asintió.
—Si, tienes una mancha roja en...bueno, un lugar estratégico— dijo y desvió su mirada.
¡¿QUE CARAJO ACABABA DE HACER?! ¡LE PEDÍ QUE ME MIRARA EL TRASERO!
—Mierda...—murmuré— bien mira, necesito tu ayuda, iremos al motel que esta por allá, pediré rápido una habitación y tu al saber cual es, irás y comprarás unas toallas femeninas y me las llevarás— expliqué esperando que entendiera el plan.
—¿Toallas femeninas? ¿Qué es eso? ¿Y por que tienes sangre? ¿Te ocurrió algo malo?— preguntó bastante confundido.
—¡Cierto! Tienes 100 años, vienes de 1940 y algo, no sabes de eso— me pellizqué el puente de la nariz— bien, a las mujeres les ocurre algo que se le llama el periodo menstrual o la menstruación...hay más información sobre eso pero no estoy para perder el tiempo; estoy manchada, a mitad de la calle, con unos cólicos horribles y sucia, así que por favor te pido que vayamos al motel y después compres toallas femeninas, ya que no tengo en este momento— él aún algo confundido aceptó.
