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Soobin llegó a su casa arrojando sus cosas en el pequeño sofá de la habitación. Se acercó a su escritorio y tecleó para buscar las redes sociales de Yeonjun. El pelinegro tenía muchas fotos. Fijó su mirada en cada uno de los chicos que salían con el, muy atento a ellos los estudió, uno de ellos era Wooyoung, el típico chico bad boy que hacía lo que quería, casi no entraba a clases y la mayor parte del tiempo se la pasaba molestando a otros chicos, a veces podía ser violento. A Soobin le asustaba, pero era amigo de Yeonjun, por eso lo aceptaba.

El segundo chico era Kai, muy educado, todo un caballero, este chico era la persona más responsable que había conocido, era demasiado maduro para su edad.

El tercer chico era Beomgyu. Este chico era realmente atractivo, traía a no una ni dos, sino que a casi todas y todos querían un poco de Beomgyu, era muy conocido por ser un coqueto.

Y el último chico era Seungmin, muy inteligente, llevaba anteojos y vestía con suéteres holgados y pantalones cómodos, a él parecía no importarle como lucía, lo que a Seungmin le importaba era tener las mejores calificaciones de la universidad.

Soobin frunció sus labios. Cogió sus notitas de colores y su bolígrafo azul celeste, comenzó a escribir los nombres de los amigos de Yeonjun.

Estaba decidido. Si Yeonjun se la pasaba demasiado tiempo con esos chicos era porque algo en ellos le gustaba, e iba a utilizar eso a su favor.

Quería ser el tipo de el, quería que Yeonjun lo viera no solo con ojos de hermano menor, no quería que lo viera tierno, no más. Él quería que Yeonjun lo amara y si para eso tenía que cambiar, lo haría porque el lo valía.

°°°

Un nuevo día había comenzado, muy feliz Soobin salto de la cama, hizo su aseo personal diario, al terminar abrió su armario esperando encontrar el atuendo perfecto.

Mientras buscaba su ropa recordaba los momentos que había pasado con Yeonjun.

Recuerda la vez en la que lo defendió de aquellos chicos que intentaron intimidarlo cuando recién había comenzado la universidad.

-El rarito quiere que lo deje en paz.- Habló uno de los agresores con sus manos en el cuello de Soobin. -Defiéndete, no seas niñita.

-Yo creo que va a llorar.- Dijo el otro chico riendo.

El chico que sostenía el cuello de Soobin lo soltó tirándolo bruscamente en el suelo. Justo cuando iban a patearlo un hermoso ángel de cabello oscuro tomó a uno de los chicos golpeando su estómago, el segundo chico iba a golpearlo, pero Yeonjun lo esquivo pateando al chico derribándolo igual que al otro. Ya en el suelo Yeonjun se acercó al pelimorado con una expresión de preocupación en su rostro. Se acercó a Soobin levantándolo examinando su rostro.

-¿Te encuentras bien?.- Yeonjun lo miró sosteniendo su rostro en sus manos mientras lo revisaba.

Por suerte esos chicos no habían lastimado su rostro, solo fueron unos cuantos golpes en su estómago y costillas. Nada serio. Pero la preocupación de Yeonjun aún estaba allí, miró a los chicos por última vez mientras se acercaba a ellos con la intensión de patearlos.

-Yeonjun, no.- tomó el brazo del mayor delicadamente con un leve puchero en sus labios. -Mejor vámonos ¿Sí?.

Yeonjun asintió dedicándoles una mirada fría a los chicos en el piso. Pasó su brazo alrededor de los hombros de Soobin acercándolo a él. Yeonjun era muy sobreprotector con su mejor amigo. El pelimorado era como su hermanito, el hermanito que nunca tuvo.

Yeonjun siempre lo cuidaría.

Soobin suspiró frustrado, mientras más pensaba en Yeonjun, más le gustaba, corrección. Mas lo amaba.

La voz de su abuela resonó en sus oídos. Ella siempre le decía; "No cambies por nadie, si a alguien no le gustas por cómo eres, no es el indicado".

Tenía razón, pero no iba a echarse para atrás.

No perdía nada con intentar ¿Cierto?.


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SO FUCKIN' CUTE || YEONBIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora