Capítulo 5

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¿COMO SOMOS?

EVELYN

He descubierto como el estúpido de Dereck, ha intentado engañarme, para lo que supongo es, secuestrarme.

Estamos a ambos corriendo escaleras abajo, pero cuando estamos ya en el último tramo, tan patosa soy, que tropiezo con una especie de botón que se le cae, cayendo en los últimos escalones encima suya.

Ambos nos miramos a los ojos, perdiéndonos en la profundidad de estos.

Una vez reaccionó, intento dejarlo inconsciente golpeándole un nervio, entre el hombro y el cuello; parece prever mi movimiento y se levanta, huyendo, mientras sube a una furgoneta sin matrícula, blanca; a la que tras intentar dispararle, sin éxito, avanza desapareciendo así de mi vista.

***

Tras la visita repentina de el mafioso, me he quedado en mi apartamento, pensando en todo lo que ha pasado esta última semana, desde que llegué a la gran manzana.

Primero, el ataque en la oficina, con los secuaces inútiles de Smith; después el día de la entrega, descubrimos a Louis, el gemelo mafioso, para hacer una puta persecución y atraparlos casi al completo; y ahora me ataca en persona, entrando en la boca del lobo, presentándose en la puerta de mi casa, provocando un momento incómodo, en el que detuvimos todo lo que pasaba a nuestro alrededor, olvidándonos por un instante de nuestra enemistad.

No sé el porqué de mi sonrojo, o de mi reacción.

No se que me estás haciendo Smith, pero ten por seguro, que lo averiguaré.

***

Son las seis de la tarde, y me preparo para la supuesta tarde de fiesta con mis compañeros de equipo, para conocernos más.

Decido ponerme un body con escote de corazón y mangas transparentes, mis vaqueros negros y mis botines junto a mi fiel cazadora; un maquillaje sutil y una coleta rizada alta.

Cojo mi cartera y lo necesario para, salir rumbo al pub Dance in the dark.

Una vez allí, me encuentro con todos sentados en una mesa redonda, ya con varias cervezas en la mano, a lo que yo me pido una cola; no me he emborrachado nunca, y este no será el momento.

Ya hace rato, que pasamos del silencio tenso a las conversaciones fluidas y cómicas por parte de Liam, en su mayoría.

- No me lo creo, ¿De verdad le tirasteis un cubo de pintura, a vuestro entrenador?, Si yo hacia eso, me mataban. - Pregunto entre extrañada y desconfiada.

Normalmente las academias suelen ser muy serias y estrictas, no entiendo cómo fue que dejaron pasar todo esto.

Aquí hay gato encerrado.

- Si, y no solo eso, también llenamos de papel higiénico su oficina, pintamos documentos y escondimos sus llaves junto a la ropa, un día hicimos esto mismo a las chicas, aunque esa vez casi nos expulsan. - Me responde mientras mira al infinito con expresión nostálgica, a lo que Alice asiente, confirmándolo todo.

En el poco tiempo que llevamos aquí, apenas una hora, he descubierto y analizado todas sus personalidades, quedándome prácticamente al margen de las charlas, a penas y soltando comentarios para disimular.

Digamos que no me gusta socializar, ni que me analicen.

Cuando Liam acaba, recapitulo todo de lo que han hablado mientras voy afuera para despejarme.

Harrison, George, es un completo mujeriego, en apenas media hora ya le había mandado indirectas a cuatro mujeres diferentes, incluyéndome a mí, a lo que le ignore por completo; es hijo único y ambos de sus padres trabajaron para la Interpol, en Australia, de donde el es, tiene 29 años.

La policía y la mafia (I ¿Enemigos enamorados?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora