Calle Pov...
Con un golpe tras otro trataba de calmar la ansiedad que recorría mi cuerpo entero, el sudor bañando mi cuerpo, mi ceño fruncido y el entumecimiento en mis manos me mantenían completamente alejada, por un momento, de la realidad a la que no quería volver. El saco de boxeo frente a mí, en ocasiones, parecía tener el rostro de Johana plasmado con una sonrisa burlona en los labios y eso me hacía dejar ir los golpes con muchísima más fuerza de la que normalmente utilizaba.
—Quien fuera saco para que me dejes la cara morada de tanto golpe —Una voz gruesa se escuchó detrás de mí. Fruncí mi ceño y volteé para ver de quién se trataba. —Andrés Pardo, mucho gusto. —Extendió su mano esperando a que la estrechara con la mía, señalé el guante que la cubría haciendo sonreír al hombre parado justo frente a mí. —
—Daniela Calle...— Sonreí extrañada. —¿Eres el amigo de mi papá, cierto?
—Deduzco que su papá es Germán así que sí, realmente no somos amigos, pero algo es algo.
—Entiendo... —Forcé una sonrisa con mis labios tratando de parecer cortes, luego de años pasando por tanto peligro el confiar en personas se me hacía extremadamente difícil.
—¿Qué hace una mujer tan delicada y hermosa descargando toda su furia contra un costal de box? —Volvió a sonreír logrando hacer que sus ojos color azul destellaran gracias a la luz que le iluminaba el rostro, los cabellos rubios le caían por la frente húmeda gracias al sudor que la roseaba con gotas.
—Estoy entrenando un poco.
—Si ese es tu entrenamiento, no puedo ni imaginar cómo será cuando estés en acción.
—Realmente no quieres saber... —La voz de mi esposa me interrumpió.
—¡Dani! —Volteé a verla y sonreí al ver que cargaba con ella su celular mostrando la pantalla donde se podían distinguir las caras de mis dos pequeños al otro lado. Sonreí tanto como pude, me arranqué los guantes lanzándolos contra el piso y sin importarme nada más, corrí hacía Poché para lograr hablar un ratito con nuestros hijos.
Bajamos las escaleras de la terraza hasta nuestra habitación donde no pude evitar lanzarme a la cama boca abajo sin borrar la sonrisa de mis labios.
—¿Cómo están, mis amores?
—¡Bien mami! Conocimos a Nani y Mashjo ¡Ellas son novias! Y son mish amigash, más Nani. ¡Se llaman igual te ustedesh!
—¿En serio?
—Sí mami, es muy loco. —Añadió Cami.
—Nani nos llevó a tomar helado y Mashjo me pidió que la ayudara a escoger un regalo para Nani. Ellas se aman musho, musho, así tomo ushtedes. — María José sonrió satisfecha al notar el brillo de emoción y felicidad que inundaba los ojos de nuestros dos pequeños al hablar sobre las dos chicas que acababan de conocer, el hecho de que, a pesar de estar en peligro, los niños, gracias a su inocencia lo ignoraban, nos daba una especie de tranquilidad.
—¡Mamá! Mashjo tamién ama las motos tomo tú, y me prometió un paseo en ella, siempre y cuando ushtedes me den pimisho —
—Se dice permiso, Dani. —Cami corrigió a su hermano menor.
—Dile a Majo que tienes permiso, solo, si usas casco y no conduce muy rápido.
—¡SÍ! Le diré, mamá. —
—¡Poché! —Lancé una almohada contra la cabeza de mi esposa quien comenzó a reír a carcajadas.
—Bueno, mamis, hablamos porque las extrañábamos mucho, ahora dice Cosette que debemos ir a almorzar algo, oh y... Nani y Majo nos invitaron a su casa para ver películas, obviamente irá Cosette y toodos los guardaespaldas que envió el abu Germán.
ESTÁS LEYENDO
La Princesita de Papá: Los Calle Garzón. - Calle y Poché - (SEGUNDA TEMPORADA)
FanfictionMe dirigí hacia la oficina de Cosette, entré dejando la puerta abierta y me acerqué a su escritorio. -Mira. -Me entregó un sobre color crema. -Creí que no te dejarían venir a mi oficina. - -Poché tiene muy claro que es mi esposa, no mi dueña. -La mi...