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Season 2!
Cuando lo vio en la tienda en línea le pareció curioso en como estaba acomodado en la pierna de la modelo, algo en el le causó curiosidad al saber cómo se sentiría ponerse ese pequeño cinturón cuero negro sobre sus piernas
Dió un suspiro frustrado escuchándolo al señor LaRusso llamarlo, salió de la bodega donde cortaba los bonsais y guardo su teléfono, desechando por el momento la idea de comprar ese accesorio tan tentador
No hacía mucho se había involucrado en una relación sentimental con Miguel Díaz, habían arreglado sus diferencias y el tema de Samantha LaRusso había quedado en el olvido.
Johnny prácticamente lo había arrastrado de la casa del Señor LaRusso diciendo que era su hijo y su responsabilidad y toda esa mierda hipócrita que su padre decía, pero acepto la oferta de vivir con el, aunque no lo quisiera muy bien.
Su comportamiento arisco aveces hacia que la actitud de su padre y la suya no combinará, pero era una manera de hacerle pagar 16 años de abandono
Aunque seguía entrenando con el Señor LaRusso aveces visitaba Cobra Kai, dónde veía a su ahora novio entrenar, nunca se involucro en los entrenamientos de las cobras, el solo estaba de expectador, aunque odiaba con todo su ser a ese viejo que fue el sensei de su padre
—Que haces aquí niño? No deberías estar con tu sensei entrenando o piensas robar movimientos?—Hablo Kreese mirándolo
—Solo vengo a ver, haga de cuenta que no estoy Señor—Comento tratando de ser educado, vio a Miguel acercarse con un rostro serio
—Hola—Saludo al moreno que secaba con una pequeña toalla verde el sudor de su frente
—Hey! Cómo te fue en el trabajo?—Saludo y el hizo un pequeña sonrisa, sabía que su novio no actuaba así a menos que ese viejo estuviera involucrado, eso lo hizo sentir enojado, prácticamente lo estaba tratando como uno más de sus amigos
—Bien, lo normal—Respondio escueto, viendo como Kreese mantenía un rostro serio a pocos metros de ellos—Y tu cariño? El entrenamiento está siendo pesado?
Si, sabía lo que estaba diciendo, cuando vio la expresión de Kreese por unos segundos sorprenderse y recomponerse, Así que el viejo no sabía...
Sabía que Miguel había mirado nervioso de reojo al viejo, el solo veía todo sentado en el banquillo, esperaba que ese hombre no estuviese influyendo en la actitud de Díaz
—Bien, ya sabes, como son las cosas con tu padre—Miguel se sentó a su lado, entrelazando sus meñiques discretamente
No acomodo su cabeza sobre su hombro como acostumbraba, simplemente se quedaron ahí, veía a todos los demás entrenar hasta que cruzo miradas con cierta rubia que lo miraba con el ceño fruncido, directamente los meñiques entrelazados
