Capítulo IV: Actuar Imprudente

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Seúl.
Domingo 21 de Mayo, 2022.
11:30 a.m.

Se levantó,de su para nada, cómodo sillón, bostezando en el proceso dándose cuenta de la hora que era.

No había llegado tarde, o por lo menos eso recordaba, solo había sido una salida que duró no más de tres horas, oyendo el porque había sido una imbécil, y con el paso tan decaído con el que caminaba se había hecho una hora más al llegar a casa.

Casi diez de las noche cuando cruzó la puerta y el silencio la inundó. Entendía que YongSun estuviera enojada, y con ello también entendía porque no abría la puerta por más ruegos insistentes se escucharan.

Perdió cuatro horas más frente al televisor hasta que terminó cayendo dormida, acomodándose entre revolcones a través de la madrugada.

Esa mañana estaba dispuesta a hablar de la situación tan penosa que había hecho.

Subió las escaleras y se detuvo en la puerta cerrada, respiró fuerte antes de que sus nudillos chocarán con la madera de la puerta.

— Yong ¿Puedo pasar?.— Pidió permiso, aunque la respuesta nunca llegó.— Sun.— El segundo intento había dado el mismo resultado.

Tomo el picaporte girándolo, abriendo con cuidado la puerta, teniendo en cuenta que podría ser echada rápidamente.

Abrió la puerta por completo cuando se percató que YongSun no estaba en el cuarto, y su respiración le falló un poco cuando vio la habitación inundada de flores y muchos pétalos.

Las flores estaban por toda la cama al igual que el suelo, y a lo lejos, en los burós cerca de la cama, pudo ver unas cuantas velas que estaban casi por consumirse.

El olor a perfume se filtro por sus fosas nasales, lo reconoció en seguida. Se acercó a las velas, percatándose que de igual manera tenían un olor que se combinaba con el resto del lugar.

Eso sin duda estaba planeado para ser una noche especial.

Y ella la había arruinado.

Buscó a YongSun en el baño de la habitación, pero definitivamente no estaba ahí. En su intentó desesperado busco por todas las zonas que se le ocurrió que se pudo haber metido pero en ninguna de ellas se encontraba su novia.

Y entonces fue cuando una idea desagradable se cruzó por su cabeza, haciéndola sentir temor.

¿Y si la había abandonado?.

La inseguridad recorrió cada célula de su cuerpo, y como representante digno de su miedo, sus piernas volvieron a tomar camino rumbo hacia un lugar cualquiera de la casa.

No podía haberla abandonado.

No después de tantos años juntas.

Saco su teléfono, empezando a marcar varias veces al número de YongSun siempre obteniendo la respuesta de la contestadora informando que el celular se encontraba apagado.

Su pánico se intensificó a partir de la llamada número cinco sin contestar.

Se había dado que había pasado más de media hora en dónde simplemente se había dedicado a llamarla.

Siguió intentando que le atendieran la llamada y decirle que había sido una imbécil, una imbécil que haría cualquier cosa para que la perdonara.

— Pensé que seguirías durmiendo.— YongSun entro a la casa, dejando sus audífonos y botella de agua en la encimera.— Pero como sea.

My Sweet Stolen Flower || MoonSun/ WheeSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora