My Sweet Stolen Flower || MoonSun/ WheeSun

Capítulo II: Triunfo

Seúl.
Sábado 20 de Mayo, 2022

— ¿Todo en orden atrás?.— La voz del conductor llamó su atención.

— Todo está bien, Ravi. No te preocupes.— Su vista regreso hacia la ventana donde se había entretenido la mayoría del viaje.

— ¿Segura que estás bien? No te noto muy emocionada.

— Sabes que no era mi deseo venir a Seúl. — Le dijo haciendo contacto visual gracias al retrovisor.

— ¿Por qué no? La gran ciudad es un lugar muy bueno para triunfar.— La intentó animar.

— Yo ya estaba triunfando.— Le recordó.— No era necesario todo esto.

— Sigo opinando que es una muy buena oportunidad.

— Si, como sea.— Le resto importancia regresando su vista a la ventana.

Habían sido más de diez horas de camino y aunque ella no fuera manejando, el camino se le había hecho insoportable y sobretodo muy cansado.

Dormir en un asiento trasero de un carro no era lo más cómodo que había experimentado en su vida. Aunque tampoco se podía quejar demasiado considerando que por lo menos ella pudo dormir.

Sabía que Ravi tenía razón, la gran ciudad era una oportunidad muy buena, aunque seguía creyendo que era totalmente innecesario haberla tomado.

No sabía que iba a hacer en aquella cuidad, dudaba que hiciera algo fuera de su rutina.

Si era sincera con ella misma, creía que la idea de ir a presentarse en una ciudad solo sería el fin de su pequeña pero famosa carrera se viniera abajo.

Sabía que sus pinturas no eran malas, pero sabía, o por lo menos consideraba, que era muy buena autocrítica de su trabajo, y sabía que tampoco podría competir contras las pinturas de las grandes ciudades.

Aunque algo en su lógica le decía que por alguna razón ella también estuviese acabando en Seúl.

— Parece que alguien está pensando demasiado.— Nuevamente su conductor y amigo había llamado su atención, como solo el sabía, con sus chistes carentes de gracia.

— ¿Tú no piensas?.— Se burló separándose del vidrio de la ventana, viendo desde el retrovisor como ponía mala cara.— No te enojes, tú empezaste.— Se justificó.— Solo estoy pensando en el futuro.

— No creo que haya mucho que pensar con un futuro asegurado.

Creía que tuviera todo pero asegurado nunca tendría nada. Porque en cualquier momento podría fallar.

Su pequeño desbalance emocional a veces le jugaba malas jugadas sobre su destino, y es que tenía bien claro que en cualquiera de los muchos fracasos que podría tener también podría representar el final de todo.

Y eso le atemorizaba.

— Tienes que dar lo mejor de ti.— Sin darse cuenta había ignorado por completo el discurso que su amigo le había dado.— Yo sé que tú podrás.

— Ah... Si, gracias.— Torció su boca arriba tratando de hacer que su sonrisa se viera la más sincera que podía.— ¿Tienes algún lugar pensado?.