Capítulo XII: Un día especial ¿o no?

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Seúl.
Jueves 25 de Mayo, 2022.
2:43 p.m.

Las manos le sudaban y su pie mantenía un tic desde ya hace más de media hora. Estaba nerviosa.

La vista que tenía en frente, aunque era muy bonita, no le ayudaba en nada para controlar sus nervios.

Solo pensaba en una cosa. Estar perfecta para aquella presentación.

— Cálmate, ¿Quieres que pasemos a comprar algo?— Le preguntó Ravi, sin despegar su vista de la calle.

— Necesito agua, siento que me estoy ahogando.— Bajo la ventana, dándole corrientes de aire en la cara.— Tampoco puedo respirar bien.

— ¿Un ataque?— Se preocupó, orillándose a la acera.— Tranquila, todo irá bien. Compraré agua, y unas golosinas, necesitas azúcar.

— Está bien.— Se dejó caer en el asiento en busca de relajación.— No tardes.

Su crisis nerviosa otra vez estaba haciendo de las suyas, y aunque quisiera que todo fuera diferente, la inseguridad de sobre lo que haría, la estaba matando.

En un acto de desespero, abrió la guantera, buscando algo que la ayudara a controlar sus impulsivas manos, encontrándose sorpresivamente con una caja pequeña que conocía bien.

La abrió y saco uno de los pequeños tubos que estaban ahí, hurgó con necesidad encontrando el encendedor que alguna vez había puesto ahí. La ventana estaba abierta, así que solo basto con perderlo.

Sintió como el humo se instalaba y retenía en sus pulmones, como si pecho se inflaba para después relajarse en cuando el humo salia por su boca.

Cuando el primer cigarrillo se terminó, no lo pensó dos veces cuando el segundo ya estaba siendo encendido. Efectivamente como lo pensaba, eso había sido mucha mejor solución.

Ravi abrió la puerta, metiéndose rápido al auto y en el intento de darle lo que le había comprado, se dió cuenta que el problema estaba siendo solucionado de otra forma.

—¿Otra vez? ¿De dónde sacaste eso?

— Son tuyos ¿No?— Exhaló lo que sus pulmones retenía.— Si no, no me explico que hacían en tu guantera.

— No son míos, yo no fumo.— Se defendió.— Los debiste dejar ahí la última vez.

— Tal vez.— Tiró el pequeño tubo casi inexistente por la ventana al igual que el primero.— ¿Me das agua?

— ¿Quieres dulces?— Le ofreció.— Compré chocolates.

Recibió la bolsa de plástico mientras Ravi arrancaba de nuevo, retomando el camino rumbo a lo que seria el motivo del por cual viajaron.

WheeIn seguía comiendo, parecía que la crisis de hace unos momentos no había sucedido. Entendía que estuviera nerviosa, cualquiera lo estaba.

Era un punto incierto al cual se estaban metiendo para probar suerte, Ravi había animado porque sentía que necesitaba un cambio, pero entendía todo tipo de inseguridades. Le gustaría quedarse con ella a hacerle compañía, pero sabía que su vida estaba en otro lugar.

My Sweet Stolen Flower || MoonSun/ WheeSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora