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─Así que esta es tu casa ─ Dijo San observando con curiosidad.

─Pues claro que no ─ Dijo Wooyoung aún con la piedra en la mano  ─¿Crees que sería tan tonto para secuestrarte y traerte a mi casa? ─Decía el chico del abrigo sonriendo socarronamente esperando algún halago de parte del otro chico.

─Ammm... Si ─Agregó San con una expresión seria en su cara.

Wooyoung ante esta respuesta quedó boquiabierto se pudo notar como se marcaba una pequeña vena en su frente.

San comenzó a Reír a carcajadas.

Él era lindo y Wooyoung lo sabía pero no tenía tiempo para esas cosas ya tenía suficientes problemas como para pensar en chicos. De repente su piel se empezó a tornar de un color rosa.

─¿Estás sonrojado? ─Comentó San lanzando una sonrisa de medio lado a lo que el otro solo pudo sonrojarse aún más ─Pero eso es normal ya que nadie puede resistirse a mí ¡Soy encantador maldición!.

─¡No!, Claro que no estoy sonrojado... ─ Dijo Wooyoung cubriéndose la cara con las manos ─Lo que pasa es que..... Emmm.... ─Comenzó a balbocear tratando de ganar tiempo para pensar en alguna excusa para escapar de el ─¡Es el calor... Si, eso.... Es que llevamos una hora aquí encerrados y está haciendo demasiado calor ─ Pero obviamente mentir no era precisamente algo que a Wooyoung se le diera bien precisamente.

─ Claro, el calor....Hmmmh... No.... Sigo pensando que te gusto ─Afirmó San.

─¡Qué no te dije! ─chilló Wooyoung alterado y apenado.

─No lo niegues, admite que soy realmente irresistible ─Dijo San acercándose al rostro de Wooyoung haciendo que este pegara un salto.

─¡Ya te dije que no!... Sannie... ─ Lanzó Wooyoung haciendo que San se sonrojara instantáneamente. ─¡Ajá! Te he pillado ¿Quién es el sonrojado ahora eh? ─Dijo el chico del abrigo negro con una risa escandalosa y chillona que le causaba gracia a San.

Maldición lo ha notado. Pensó el hermoso chico de los hoyuelos.

De repente se empezó a escuchar el sonido de una sirena y los chicos se alarmaron.

─¡Mierda nos han pillado! ─ Corrió alarmado Wooyoung por toda la sala. ─Cómo intentes gritar te mato ─ se detuvo y amenazó a San levantando el brazo haciendo nuevamente esa postura tan extraña que hizo cuando tomó la piedra allá afuera. ─Pero que demonios.... ─ con tanto ajetreo no se había dado cuenta de que había perdido la piedra.

─¿En serio? ─ Dijo San con el seño levemente fruncido.

Maldición, soy un fracaso. Pensó Wooyoung buscando algo con lo que ir tirando. Entonces vio que encima de la mesa había dejado un cucharón de aluminio que había utilizado la noche anterior en la cena y con tanto apuro lo había dejado ahí tirado. Observó a San con los ojos entreabiertos unos segundos y salió corriendo hasta la mesa y agarró el cucharón.

─¿En serio? ¿Esa es tu mejor opción? ─Dijo San aguantando la risa.

─Ya deja de molestar y cállate de una vez ─  Susurró aquel chico todo apenado y nervioso

Entonces el sonido se detuvo de momento y empezaron a sentirse unos pasos hacia la casa.

─¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Nos descubrieron!─ susurró agitado y asustado Wooyoung comenzando a rodar en el suelo.

─¿Que se supone que haces? ─ Preguntó San.

─¡No lo sé! ¡No lo sé! ─ Susurró algo alto Wooyoung.

Toc Toc ─ Se pudo escuchar cómo alguien tocaba la puerta. El ruido de la sirena se había detenido pero la puerta seguía sonando y cada vez con más fuerza.

─Ay ya me morí ─Dijo Wooyoung decepcionado y triste dejando de rodar y quedándose quieto mirando el techo.

Pasados unos segundos la puerta dejó se sonar y ambos chicos se miraron al mismo tiempo.

─¿Se habrá ido ya? ─ Preguntó Wooyoung algo confundido.

─Y yo que voy a saber ─Dijo San cruzando los brazos. ─Abre la puerta y asómate ─ Sugirió San.

─Está bien....─ Dijo Wooyoung aún sosteniendo el cucharón con ambas manos.

Se acercó a la puerta y comenzó a abrirla lentamente......

─¡Qué onda vecino! ¿Me puedes regalar un poquito de sal? ─

Amor en desesperación (WooSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora