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Un golpe seco se escuchó en la sala, y fue por el impacto de la mano de Horacio a la mejilla de su esposo, creando una distancia sumamente considerada de la que tenían antes

— Me estas... me estas diciendo que..— Bajo su mano, abrazándose nuevamente al sentir la impotencia del momento— Jack Conway... No me digas que ellos te... te vieron

Por más que el contrario deseara hablar, solo se limitó a llevar una de sus manos a su mejilla recientemente golpeada, bajando la mirada ante la sensación de ser vigilado por completo

El de mirada heterocromia no podía imaginarlo. Tantos años que lo ocultaba, tantas cosas que tuvo que pasar para que sus retoños no vivieran un proceso duro, tanto que tuvo que vivir, tanto que tuvo que sufrir al estar junto con el de traje, ¿todo eso se vio desperdiciado por el descuido ante su amorío? Era un imbecil

Horacio llevo a Jack fuera de casa con un fuerte apretón en su mano derecha, deseando sacarlo de esa casa que consideraba un lugar en paz, llendo a un cómodo parque en donde la gente no de encontraba lo suficientemente cerca como para escucharles

Por parte del de cresta, este se encontraba bastante enojado, ¿como diablos es que sus hijos se habían enterado de eso? ¡Todavía mejor! Le habían encontrado con las manos en la masa al estupido, asqueroso, imbécil que tenía por esposo

— ¡Jack Conway! ¡Eres un maldito estupido! — Otra cachetada fue dada por el de cresta al notar las intenciones que tenía el contrario de acercarse a él— ¡Acabas de arruinar la vida de mis hijos!

— ¡Yo que coño iba a saber que ellos iban a venir a comisaría!

— ¿¡Estas hablando en serio!? ¡Ellos cada vez que salen temprano van a comisaría a verte! ¿Acaso ya no te acordabas? ¿Acaso estabas tan putas ocupado follandote al ruso como para que ni siquiera te acordarás!?

Aunque aquel último comentario había sido con ironía, su enojo cambió rápidamente de rumbo al notar como su contrario se avergonzaba en su propio espacio, logrando que le mirara incrédulo

— No me jodas...

— ¡No era mi intención que ellos vieran eso! Ni siquiera escuché que abrieron la puerta, y yo...

No pudo seguir con su vago intento de excusa por la mirada que le dedicaba el contrario, esa mirada que solo reflejaba una cosa: Asco. Asco al saber que sus hijos tuvieron que soportar una imagen sumamente asquerosa de su padre teniendo relaciones con otra persona, y lo peor es que no sabia toda la historia, no sabia lo que de verdad ocurrió, y mucho menos si es que decía la verdad

— No me des tu explicación... No quiero que vuelvas a acercarte a mi o a mi familia... Y ni te atrevas...

Una última mirada fue dada hacia el hombre de traje, una llena de desagrado y constante odio por todo lo ocurrido

Se dio la vuelta, suspirando un poco para evitar dar algún mal paso, volver a agredirle o peor, hacerle algo que podía costarle su libertad.

Empezó a caminar, dejando de lado al hombre que le miraba alejarse poco a poco de el, incrementando el dolor en su corazón, en su mejilla que apenas empezaban a arder. No podía hacer algo para cambiar lo que había hecho

Después de largos minutos de caminata, llegó a su hogar, abriendo la puerta al momento de sujetar la manija y adentrarse a dónde encontraba su lugar de paz, encontrándose con la mirada comprensiva de su pequeño mayor, el cual se acercó hacia él

— ¿Desde hace cuanto estabas despierto cariño?...

— ...Desde que escuche la puerta azotarse

Asintió, acercándose a su hijo para abrazarle, acariciando su cabello mientras que el cerraba sus ojos. Sintió como el contrario correspondió al tacto, dejando que su cabeza se posara en su pecho, en el cual escuchaba los latidos de su padre

Camas Separadas [Jackacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora