Siete.

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- ¿Porqué me besaste? - Pregunté, mirando aquellos ojos verdes que me tenían ahora suspirando.

Habíamos bailado toda la noche, luego de aquel beso buscamos a los demás y bailamos en grupo. Por primera vez en mi vida me divertí de una manera tan diferente, y agradecía a James a cada rato. Sin embargo al cabo de un rato los demás se fueron y quedamos James y yo por lo cual nos subimos al techo de aquella vieja casa.

Ya estaba por amanecer por lo que debíamos volver rápido a la casa si no queríamos terminar hechos polvo.

Sin embargo, luego de un tiempo de estar en silencio decidí preguntar aquello.

Evidentemente mi pregunta lo sorprendió ya que me miró un buen rato. Me desesperaba que tardara tanto en responder.

- ¿Porqué no? - Pregunto, sonriendo de costado. - Me atraes... - Dirigió su mirada hacia el horizonte donde el amanecer se acercaba. - Desde aquella madrugada en la que te ví.

De repente bajo la cabeza, como si estuviera avergonzado de haber dicho eso. Decidí quedarme en silencio, no podía negar que me atraía pero apenas lo conocía, no podía decir que me gustaba o que sentía algo real por el. Debía tener cuidado.

Al cabo de un rato bajamos y empezamos a caminar hacia la ciudad. Íbamos en silencio, no era incómodo pero desearía que hubiera una conversación, pero no quería inciarla yo.

Al llegar a la casa nos dirigimos al refrigerador para poder tomar una botella de sangre y saciar un poco la sed luego de una larga noche. El sol ya había salido y era momento de ir a dormir, al menos un poco.

- Creo que iré a dormir - Aquellas fueron mis primeras palabras luego de su mínima declaración, genial Isabelle.

James estaba lavando sus manos en el lavado, sin responderme. Di media vuelta para poder ir hacia la puerta pero su agarre en mi brazo me detuvo.

- Lo siento si te incomode hace un rato, tú preguntaste - Tenía una mirada ¿Perdida?

Lo miré sin decir palabra alguna ¿Qué se suponía que debía decir? Todo lo que me estaba pasando ponía mi vida pies arriba y ahora tenía que lidiar con una ¿Pareja? Fruncí el ceño, estaba confundida.

Asentí con la cabeza para luego salir de su agarre. Estaba mal dejarlo solo en aquella situación, lo sé porque a mí no me gustaría que me dejaran en aquella situación. Pero simplemente lo hice y sabía que tarde o temprano me arrepentiría.

Vagando por los pasillos de la casa pude observar que una de las puertas del segundo piso estaba entre abierta. Y era él, podía sentir su olor a miles de metros y aún así lo reconocería.

Su voz era ronca, parecía enojado y sus manos se habían vuelto puños. ¿Estaba mal espiar? Pues sí, pero que más da, ya había roto una de las reglas de Harry, una más, una menos, da igual.

Hablaba con una mujer, aquella tenía una voz suave, estaba tensa y sonaba preocupada.

- ¡Charles! - Exclamó la mujer - No deberías hacerme esto.

- Helena - Aquél sonaba aún más furioso - Vete ahora, no es momento para hablar.

Ella soltó un grito de furia.

- ¡Nunca es momento para ti! - Ahora sí que estaba enojada - Estás tán ocupado con aquellas princesas - eso último había sonado como burla - que apenas me registras.

Mi oreja se encontraba contra la pared junto a la puerta abierta, no tenía visión de la habitación pero sí un buen canal auditivo.

Escuché a la señora maldecir y luego hubo un incómodo silencio. Cuando me disponía a seguir caminando hacia mi habitación sentí un fuerte agarre en mi cuello que hizo que me levantara del suelo, quedando colgando contra la pared.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2022 ⏰

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