La Fea Más Bella: Por amarte así.

Capítulo 6: ¡Vuelve, me salvarás!

La noche brillaba en magia, esa magia se debía al amor, a la paz y la felicidad que deslumbraban en la pista dos corazones enamorados desde hace mucho tiempo.

Sin embargo, hasta hoy pudieron ceder, dejar atrás lo prohibido en lo que un día se convirtió su relación. Una que ambos no imaginaron llegaría tan lejos, pero sabían desde un inicio la intensidad fue diferente, aunque no lo quisieron reconocer del todo, siempre supieron que sus cuerpos embonan a la perfección como lo hacían sus almas.

Las acciones a través de las miradas tiernas y cautivadoras, dónde se mostraban con transparencia su amor. Los besos simplemente demostraban lo que las palabras siempre callaron, en la calma de los abrazos se vivía la inmensa realidad de sus corazones. Ellos no mentían, aunque las circunstancias eran otras, en el aire se sentía el más puro amor, y eso es algo que ninguno de ellos dos podía negar.

"Quiero que todos sepan que eres mía." Él susurró en su oído, mientras la atraía fuerte a su pecho, seguía bailando al compás no solo de la música si no de su corazón.

Ella sintió un arrepio por todo su cuerpo, simplemente suspiró. "Siempre, desde que te conocí fui tuya mi amor." Colocó su cabeza sobre su pecho para escuchar el latido de su corazón.

El tiempo parecía perfecto en compañía de la melodía de esas dos almas.

Fernando y Leticia por fin eran libres para amarse sin preocupaciones.

La noche que antes brillaba en un instante acechaba la más fuerte tormenta que se había presenciado en años. Un relámpago seguido de un ruido estruendoso, el trueno estrepitoso hizo que se separaran levemente.

La luz del lugar se apagó anunciando la soledad, la música cesó dejando solamente un silencio ensordecedor que estremecía. En un instante la gloria del amor dió paso a la angustia acompañada de tristeza y dolor.

Murmullos de pena, llantos de desolación, un grito desesperado por no sentir su mano, salió de lo más profundo de su ser.

"Lety."

Mencionó sin obtener respuesta. "Lety." Camino por el lugar pronunciando su nombre, y cada que salía su voz un hueco sentía en lo más profundo de su cuerpo.

De pronto la luz se encendió y pudo ver cómo las personas corrían de un lado al otro, todo el mundo gritaba, pero Fernando solo lograba escuchar la fuerte tormenta, aunque no era tan tórrida como sentía en su interior.

"Hijo." Su padre lo detuvo.

"Papá." Suspiró intentando controlar sus lágrimas. "¿Dónde está Leticia?" Su padre volteó por todo el lugar sin ver rastros de su nuera.

"Pensé que estaba a tu lado." Mencionó con la voz entrecortada. Su hijo solo negó con la cabeza.

Fernando desesperado volvió a buscar por todo el lugar, mientras las sirenas de patrullas se escuchaban cercanas. Limpiaba sus lágrimas y más salían, su corazón latía con tanta fuerza como si quisiera salirse de su pecho.
Solamente vio algunas personas heridas comprendiendo aún más la gravedad del asunto. Donde estaba Leticia, porque de un instante a otro no sintió más su mano sobre la suya. Él intentó reaccionar pero fue tarde al sentir como poco a poco se le iba como agua entre sus dedos.

Las investigaciones se hacían a través de preguntas que él no sabía responder, y es que nadie entendía que su mundo sin ella ya no valía la pena. ¿Por qué con ella? Eran las únicas palabras que resonaban en su mente. ¿Quién fue capaz de hacerles eso? Su mujer estaba embarazada, necesitaba cuidados y ahora estaba lejos de él.

"Hay tres mujeres con heridas de bala, dos hombres golpeados, y una desaparecida en estado de gravidez." Escucho a lo lejos a un policía, aunque lo tenía a poca distancia. "Fernando Mendiola." Solo asintió. "¿Puede relatar los hechos de esta noche?"