Capítulo 8: El night-club

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-¿Qué te parece si vamos a cenar mañana?-

-No lo sé Robert... Hay tanto para hacer... Debo llamar a la embajada de Grecia para saber cuándo enviarán las piezas de la expedición, ir al museo de Milán para empezar a organizar la exposición, elegir los horarios...-

Jonathan estaba estresado por el trabajo y la situación respecto con Dio no ayudaba mucho a aliviar la tensión. No sabía nada de su ex-marido desde hace dos días y tampoco creía que preguntarle a Giorno sea la mejor idea, quería dejar a su hijo fuera de los problemas maritales que ellos pudieran tener.

-¡Vamos Jonathan! Solo será una noche. Que seas el director de este proyecto no significa que tu debas estar a cargo de todo, ¿si no para que trajiste a todo tu equipo de trabajo? ¿Para qué ellos vacacionen mientras tú te ahogas entre papeles llenos de requisitos e itinerarios aburridos? Relájate un poco y déjalos hacer lo suyo, ellos te informaran como avanza todo... Necesitas salir- insistió Robert Speedwagon, mejor amigo y mano derecha de Jonathan. Se conocieron en la universidad cuando ambos tenían diecinueve años, Dio estaba sumamente celoso de aquel hombre y había acusado a Jonathan de tener un fetiche con la gente rubia. Con el tiempo Dio se había acostumbrado a la molesta presencia de aquel hombre y no puso objeción cuando Jonathan lo eligió como padrino de Giorno.

-Déjalo en paz, tal vez solo no quiere salir- interrumpió una voz femenina por fuera de la habitación.

Jonathan giró su cabeza y Speedwagon se levantó de la cama para abrirle a aquella mujer que se encontraba tras la puerta. Cuando la abrió, vitoreó con alegría, ya que se trataba de Erina, la encargada de la parte de análisis en laboratorio de muestras arqueológicas.

El morocho sonrió desde su silla y se levantó para saludarla con un beso en la mejilla.

-¡Erina! ¿Cuándo llegaste?- preguntó Jonathan emocionado.

-Llegué hace unas horas, ¡no sabía que todo el primer piso del hotel estaba ocupado por todos los del trabajo! Salí de la habitación para preguntarle al de la recepción del hotel sobre el horario del desayuno y me encontré a Eric, el chico de relaciones públicas, y me dijo que todo nuestro equipo estaba aquí. Justo cuando estaba por subirme al ascensor, escuché la voz de Robert, entonces pasé a saludar- explicó. -Lamento mucho no haber podido viajar con todos, pero debía ayudar a mi hermana con unos asuntos de maternidad, ser tía a veces significa que a veces también debes ser niñera-

-No te preocupes- la tranquilizó con una sonrisa- ¿Esta su sobrino bien?-

-Oh si, apenas cumplió cinco años asique ya te imaginarás toda la energía que tienen los niños a esa edad. ¡Me ha dejado agotada!-

-¡Ni me lo digas! Estoy seguro de que mis problemas de espalda empezaron cuando mi hijo tenía esa edad, me la pasaba todo el día jugando con él en la alfombra o subiéndolo a mis hombros... Pero considero que es de las etapas más lindas del crecimiento de un niño - dijo con añoranza.

-Ya que mencionas al pequeño Giorno, ¿cómo te fue en el almuerzo el otro día? Eric me dijo que regresaste bastante temprano- interrumpió Speedwagon.

Jonathan hizo una mueca.

-De hecho... No salió muy bien... ¿Recuerdas que te dije debía pasar a recogerlo por la casa?- su amigo asintió- Bueno, resultó ser que Dio estaba allí y para ser sinceros, no estaba muy feliz de verme- dijo mientras se tumbaba en la cama con los brazos cruzados detrás de su cabeza.

-¡¿Qué?! ¿Y qué pasó? ¿Discutieron o algo así?- preguntó el rubio volviéndose a sentar en la cama, pero esta vez, lo hizo al lado de su amigo.

-No, no, nada de eso. Simplemente no esperaba verme a allí por lo que se sorprendió bastante... Y lo entiendo, a mí también me gustaría que me avisaran si mi ex-marido va a aparecer en mi casa-

Memorias recuperadas // jonadioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora