CrAzY YaKuZa In LoVe

Capítulo: VI

Para cierto par de damiselas, el día se iba tornando cada vez más complicado y difícil de descifrar: ver cómo su amigo ingresaba a un auto escoltado por extraños, cargando en brazos a un menor que, según ellas, desconocía por completo era un relato imposible de creer.

¿Cómo le explicarían esto a su padre?

Sí bien no es que se enterara de lo ocurrido al instante, tarde o temprano querría saber el paradero de su hijo y si ellas no estaban preparadas para brindarle una buena excusa o justificación, se daría cuenta de que algo pasaba con el menor.

La única opción que tenían en ese momento era esperar el regreso o la llamada de este para explicar la situación en la que se vió involucrado, sin embargo, no se quedarían quietas por mucho tiempo.

El camino hacia la residencia Ryomen parecía eterno, de nunca acabar, Yuuji no sabía cuánto tiempo llevaban en el auto, pero ya se sentía aburrido y su única distracción eran los comentarios del niño entre sus brazos.

- ¿Mamá está molesta? - Susurró.

- ¿Uhm? ¿Por qué dices eso pequeño Demian? - Cuestionó confundido.

- Polque… No se habla con papá. - Miró a su progenitor y después al joven.

Itadori trató de procesar lo escuchado con seriedad, pero luego de cruzar miradas con el mayor por medio del retrovisor, no pudo aguantar su risa.

Demian lo miró algo confundido al principio, sin embargo, sus labios formaron una gran sonrisa al ver a su "mamá" sonreír tan amenamente. Los que no tomaron con tanta gracia aquella risa fueron el par de hombres en la parte delantera del auto.

- Perdón… No debería reírme, pero… - Comentó calmando su risa. - Si supieras en la situación que nos encontramos pequeño Demian, entenderías el porqué no nos hablamos. - Acarició sus cabellos.

- ¿Situashión? - Preguntó moviendo sutilmente su rostro de lado.

- Es… Un poco complicado de explicar, además de que es un tema de adultos, tú no tienes que preocuparte por eso. ¿Sí? - Besó su frente con suavidad.

- Eshtá bien. - Asintió y se volvió a acurrucar en su pecho.

El silencio nuevamente se apoderó del lugar, aunque las circunstancia no era de lo más cómodo, el abrazo de esa pequeña criatura reconfortaba cualquier malestar, Yuu podría quedarse así por horas, días, incluso semanas, era una sensación demasiado agradable como para soltarlo de inmediato.

Aquella calidez embriagaba su ser, relajaba su espíritu y llenaba un vacío, inexistente, en su corazón, si esto continuaba así, está extraña sensación podría desatar un error en el sistema de Itadori, provocando grandes problemas a su, hasta ahora controlable, estabilidad emocional.

Poco tiempo después el auto comenzó a disminuir la velocidad, habían llegado a la residencia del menor en dónde todos los disturbios de esta mañana empezaron.

"Creo que hemos llegado"

Pensaba dudoso, con gran curiosidad observó por las ventanas y quedó deslumbrado al ver tan bella casa la cual supera toda expectativa que tuvo al conocer a ese pelirosa.

El auto se detuvo por completo frente a la entrada de la mansión, todos los guardias, que llegaron detrás de ellos, formaron dos filas a la par del auto. El azabache bajó del auto junto a su mayor, quien rodeó el coche para llegar al otro lado, Yuu sintió cierto escalofrío al ver lo que sucedía afuera por lo que utilizó a Demian como escudo al abrazarlo un poco más fuerte.

Fushiguro abrió la puerta trasera.

- Baja. - Pronunció sin ninguna emoción.

- Se dice: "Por favor" - Rodó los ojos tras responder con disgusto, segundos después procedió a salir del auto con cuidado de no soltar a Demian.