De vuelta en mi roñosa oficina.
El relato de Casimiro me dejo con más preguntas que respuestas. No sé si éste chico sea un narrador confiable.
Debo llamar a mí empleadora para darle las tristes noticias y hacer un informe de mis hallazgos hasta ahora. Los siguientes pasos pueden ser peligrosos y es mejor que esté enterada de los acontecimientos, antes de que me suceda algo a mí.
Despierto del modo de reposo a Moría, para escuchar mis mensajes y ponerla al tanto de la investigación.
— ¿Algún mensaje, Moría?
—Varios, Desiderio, ¿quieres escucharlos ahora?
—Dale play.
—BEEP - Recibido ayer 22 de noviembre a las 14:30 horas; "Señor Dessiderio, habla Ana Rosa Gutiérrez, espero noticias de usted. Comuníquesse conmigo en la brevedad posible"
—BEEP - Recibido ayer 22 de noviembre a las 17:15 horas; "Peña, habla Morandini, tu casero. Ya me debes tres meses de renta. Si no me pagas está semana te mando a desalojar, con todo y el carcamal de fembot que llamas secretaria"
—BEEP - Recibido ayer 22 de noviembre a las 18:21 horas; "Sepulturero, habla Mortadelli. Tengo extrañas noticias acerca de tu fiambre. Es un muerto muy solicitado. Unas horas luego que te fuiste, dos tipos con aspecto de matones, que decían venir de la iglesia del McKennismo lo vinieron a ver, dijeron que el muerto era uno de los suyos. Pero si esos dos eran religiosos, yo soy la Reina Selene. Estuvieron a solas con el muerto un par de minutos y luego se fueron. Me mostraron una tarjeta de presentación con una dirección que memorice: Iglesia De La Hermandad Sincrética McKennista de Ceres. DistritoE, sub-nivel 21, Callejón del Amanecer, local 42. Espero te sirva de algo. Me debes una, Sepulturero."
—BEEP - Fin de los mensajes.
— ¿No entiendo porque no tienes un Eter-pad? O ¿Por qué no mandas a que te remplacen tu Eter-link neural? Podrías recibir tus mensajes y buscar datos de manera instantánea.
—Lo prefiero así, cariño. Para conectarme con el Eter, te tengo a ti.
— ¿Alguna avance en el caso del terráqueo desaparecido?
—Pues si, pero no es un caso tan sencillo como parece.
— ¿Puedo ayudarte en algo, Desiderio? Si me llevaras contigo podría ser de mucha utilidad. Conectada a la toma de la pared me siento inservible y caduca.
—No dejes que el pelmazo de Morandini y sus comentarios de mierda te afecten, Moría. Me eres muy útil tal y como están las cosas —sentí genuina tristeza por mi pobre carcamal de secretaria—. Vamos a seguir intentando reparar y mejorar tu sistema de acumulación de carga, cariño. No importa lo que cueste. Este caso nos va a dejar una buena pasta, podré pagarle a la sanguijuela de Morandini, y después buscaremos el mejor taller de androides de Marte. Esos que hacen mejoras estéticas personalizadas.
—Eso me gustaría mucho, Desiderio. —sus ojos de cristal cambiaron de color sutilmente, pasaron de índigo claro a un magenta muy intenso. Había apoyado su cabeza metálica de mi hombro.
—Bueno, ahora hay que seguir trabajando, cariño. Tengo que comunicarme con la sseñorita Gutiérrez. ¿Me puedes hacer esa llamada?
—Si, claro. De inmediato, Desiderio.
La señorita Ana Rosa Gutiérrez apareció en la pantalla de mi Eter-comunicador, apenas un par de minutos después. La ansiedad se manifestaba en unas tenues líneas en la frente de su juvenil semblante. Sin embargo, hizo el esfuerzo de esbozar una breve sonrisa al verme.
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La muerte de un telépata
Science FictionUn investigador privado caído en desgracia, recibe una repentina llamada que lo lleva a investigar la desaparición de un telépata. Este caso, aparentemente sencillo, le revelará una enredada trama de conspiración Solar que tiene que ver con el futur...