Capítulo 6. Cometa Azul.
Mientras estábamos en silencio tratando de entender que pasaba, el ambiente se empezó a tornar brumoso y frío, algunos grillos y ranas empezaban a producir sonidos, mientras la oscuridad disipaba la silueta de Lei que se perdía entre los matorrales a la lejanía.
—Han, ¿Le contaste algo de nos...—Alcanzó a preguntar Bella sorprendida y quitándome un poco brusco el telescopio de las manos antes de que la interrumpiera.
—Claro que no, igual no hay nada que decir. ¿Como se te ocurre?—Le respondí levantando los hombros antes de que terminara de hacer la pregunta y cuyo tema quería evitar a toda costa.
—¿Aún tienes ganas de ir a ver ese cometa que dices?—Le pregunté rápidamente con animo de cambiar la conversación y volviendo a arrebatar el telescopio de sus manos.
—Suspiró Bella.— Mirándome molesta y volteando la cabeza en dirección al cielo nocturno donde se alcanzaban a percibir las primeras estrellas.
—Es un cometa que pasa cerca del planeta hacia la órbita del sol cada 13.000 años, es un suceso astronómico poco común y muy impresionante.—argumentó resignada seguido de otro pequeño suspiro.
—Pues no me lo quiero perder por nada del mundo, ¡vamos a verlo!—Dije en tono emocionado con la intención de motivarla para que cambiara su decaído semblante.—¿A donde iremos a observarlo?—Le pregunté mientras la tomaba de su mano y hacía un leve jaloneo.
Al instante dirigió su mirada sonriente hacia mi con una actitud menos a la defensiva y asintió con su cabeza, dándome a entender que también estaba dispuesta.
—Hay que ir a una zona mas despejada, donde no hayan tantos arboles.—respondió mientras miraba en todas direcciones buscando un posible lugar.
—Conozco el sitio perfecto, espera voy por mi guitarra.—Le dije soltando su mano y dirigiéndome a donde la te tenía recostada en un árbol cerca del sofá viejo.
—¿Tienes una linterna?—Preguntó en voz alta quien aun seguía parada a la orilla del lago.
Afortunadamente Lei y yo días antes habíamos llevado una nevera pequeña que ya no funcionaba, donde guardamos algunas cosas para la pesca y entre ellas precisamente había una linterna.
—Sí, déjame la busco.— Le aseguré en voz alta yendo en dirección a donde estaba la nevera y donde solo tocaba con las manos, ya que en este punto casi no podía ver nada y había olvidado mi celular en casa, pues al menos hubiera tenido con que iluminar un poco.
Cuando finalmente la encontré, presioné el interruptor de encendido pero no funcionó.
—Ash, no puede ser.—Dije preocupado en voz alta mientras intentaba una y otra vez encenderla sin tener éxito.
—¿Qué pasa Han?—Gritó a la lejanía mientras rápidamente se acercaba hacia donde yo estaba con su celular en la mano intentando iluminar el camino.
—Ya no sirve.—Le dije en tono frustrado mientras seguía presionando el botón.
—Umm, déjame ver, préstamela—Me respondió amablemente guardando su celular en el bolsillo de su pantalón.
Instantáneamente se tropezó con la guitarra que estaba a un lado de ella y esta caía al suelo produciendo un sonido fuerte.
—Perdón, no fue mi intención.—Dijo agachándose a recogerla y chocando su frente con mi cabeza pues yo también quise hacerlo al mismo tiempo.
Fue una combinación de sucesos que pasaron muy rápido en medio de la oscuridad y risas confundidas.
—¡Auch! eso dolió.—Dijo Bella seguido de un quejido, sobando su frente con su mano izquierda y sosteniendo la guitarra con la mano derecha estirada con animo de que se la recibiera.
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Duraznos Verdes
Teen FictionEra la primera vez que tenía una epifanía, vi como el cielo venía hacia mí con tanta fuerza que detenía el tiempo al impactar en mi frente. Sentí que siempre había necesitado ese momento, pues en medio de tanta luz entendí lo que significaba el amor...