Casa Madrigal...
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Aunque se veía tranquilo, Luis estaba muriéndose de los nervios. Sus manos sudaban y sentía las piernas débiles, mientras un enorme peso se asentaba en el estómago. Esperaba poder llevarse bien con el resto de los Madrigal, pero era demasiado torpe y tímido para llevarse con otras personas. Antes, no le interesaba, pero ahora deseaba haberse esforzado más en ser sociable, así no sería tan difícil presentarse a la familia de Camilo. Al menos Mirabel estaba de su lado, eso era un punto.
Y distraído pensando en cómo saldrían las cosas, choca con la espalda de Camilo, quien se había detenido. —Llegamos. —anuncia cuando le ve. —¿Estás bien? —luego pregunta, visiblemente preocupado. ¿Se notaba tanto que tenía miedo?
—Bien. —Luis sonríe, y Camilo le despeina para calmarlo. Luego, la casita abre la puerta para ellos. El chico Madrigal agradece a la estructura, pasando primero.
El adolescente Rodríguez se adelanta caminando hasta el centro de la casa, mirando en todas direcciones. El lugar era enorme y pintoresco, daba un sentimiento familiar y cálido. Las puertas doradas resaltaban en la segundo piso, con la torre de paredes verdes sobresaliendo entre toda la estructura. Había flores por todos lados y un ligero olor a comida recién hecha. Era impresionante estar en la tan famosa casa Madrigal, sus padres nunca le llevaron a las fiestas que hacían allí, por lo que era la primera vez en el lugar. Y era más grande por dentro, de lo que se veía por fuera.
—¿Y qué tal? —Camilo sonríe presumido, cruzando sus brazos para inclinarse cerca del costado de Luis para ver su reacción.
—Asombroso. —Luis expresa en palabra y seña, aún viendo en todas direcciones, notando cada pequeño detalle. Desde la cocina a la sala de estar, las escaleras al segundo piso y la pequeña fuente en la pared.
Aceptando el cumplido, casita mueve las baldosas del piso para llamar la atención del joven y demostrar que estaba feliz por lo dicho. Maravillado, el azabache ríe y mira a Camilo con emoción. La magia en ese lugar literalmente se sentía en el aire.
Antes de que alguno diga algo más, aparece parte de la familia. Alma Madrigal estaba en una reunión del consejo de Encanto, un grupo de personas que mantenian todo en orden allí. Julieta y Agustín habían salido y aún no llegaban.
Todos habían estado esperando a que llegaran, emocionados por conocer al chico. Mirabel ya lo conocía, pero no podía evitar contagiarse de su familia.
Pepa es la primera en saltar adelante, toda brillante y sonriente, presentándose. Félix le sigue, tan enérgico y animado como naturalmente es. Estrecha la mano del niño con fuerza, sonriendo y diciendo varias cosas a las que Luis le pierde el hilo. Entonces Pepa se le une, alegre, preguntando un montón de cosas más. Dolores esta al lado de ella, intentando calmarla para que deje al chico responder, disculpándose al mismo tiempo con él. Isabela le reconoce como el hijo de la señora Rodríguez, quien hace el maquillaje, y Luisa también lo reconoce, diciendo que ya lo había visto en el mercado. Isabela le dice varias cosas que no puede entender porque todos están hablandole a la vez.
Luis entonces se siente aplastado por toda esta gran familia que le rodea y le habla al mismo tiempo, ¡Pero el no puede escucharles! Y tampoco concentrarse en uno solo para leer sus labios. Se siente asustado.
Entrando en pánico, su ritmo cardíaco se eleva, siente que le dará un infarto mientras intenta no perder el control de su respiración. Con las manos contra su pecho, tiemblan como sus labios. Se queda sin voz.
—O-oigan... —Camilo nota como su familia se abalanza contra el chico sin darse cuenta que están presionandolo demasiado. Y entonces también se percata de que, con toda su propia emoción, nunca les explicó que Luis era sordo. No podía creer que se le hubiera pasado algo tan importante por alto. Ahora su despiste estaba causando un mal momento a alguien especial para él. —¡Paren ya! —grita para llamar la atención de su familia y que dejaran de hablar.
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"Sólo se tú" | Camilo Madrigal. [BL]
FanfictionDemasiado ocupado ayudando a todos en el pueblo, Camilo no tiene tiempo para el amor... Hasta que choca con él, literalmente.