🦎 capítulo uno:

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Es un chico...

   Amor, desde que las cosas se habían arreglado, eso era lo que más desprendía la familia Madrigal. Desde su hermana a sus dos primas mayores, parecía que todos habían encontrado a su alguien especial. Pero a él, Camilo Madrigal, realmente no le importaba. Era sólo que lo había notado recientemente, incluso sus padres y tíos parecían más enamorados que nunca.

Sin embargo, personalmente hablando, él no tenía tiempo para enfocarse en esas cosas; estaba demasiado ocupado con sus obligaciones con los demás, y en realidad, nunca había pensado en él y el amor.

Hasta ahora...

[...]

Bruno Madrigal esta tomando una taza de café en la cocina, cuando escucha a Isabela quejarse en voz alta y chillar algo sobre Camilo. Y el azote de la puerta de, supone la habitación de Camilo, le hace saltar y botar un poco de café en su ruana.

—¿Qué le pasa a ese bicho raro? —Isabela entra a la cocina hecha una furia; había tenido un mal día, su ceño fruncido en su siempre prefecto rostro, era una enorme señal de eso.

—Isa, no es bueno que le digas así a Camilo. —la chica se sorprende al descubrir que su tío esta allí, desinflandose como un globo perdiendo el aire. Entonces toma una enorme respiración que termina en un suspiro.

—Lo siento, tío Bruno, es sólo que he tenido un día demasiado largo. —ella ofrece sirviéndose un vaso con agua. —Y no sé que le pasa a Camilo hoy, pero me ha llevado por el medio sin siquiera disculparse.

Sin tiempo a decir algo más, ambas personas son interrumpidas por Dolores y Mirabel.

—¿Han visto a Camilo? —Mirabel es quien pregunta, notandose realmente preocupada.

—Esta en su habitación. —Isabela responde sin interés, haciendo un movimiento de mano desdeñoso.

—Tío Bruno, ¿Podemos hablar? —Dolores pide, haciendo que el hombre ahora con una mejor imagen que cuando apareció hace un año, se ponga nervioso. Igualmente la sigue, acompañados de Mirabel. Pasan de la cocina al comedor, donde Dolores se ve realmente preocupada.

—¿Qué pasa, Dolores? —él pregunta comenzando a sentir la ansiedad de las chicas. No estaban seguras si decirle lo que pasaba, pero al mismo tiempo parecía ser el único a quien le podían decir.

Los primeros meses fueron realmente difíciles para todos, el ser más conscientes de los sentimientos de los demás, de las presiones y miedos; había sido una batalla personal para cada uno. Sin embargo, habían logrado ser más honestos en cuanto a cómo se sentían cuando algo no les gustaba o les estaba superando.

Isabela tenía más libertad para sus creaciones, para tomar sus decisiones; Luisa tenía más tiempo para ella, para pasar con la familia en vez de sólo estar corriendo de un lado a otro cargando burros. Pepa y Julieta automáticamente estuvieron menos tensas desde que su hermano había aparecido y sus hijos se vieron más felices. La abuela Alma aún seguía intentando conocer y ser más consiente de las necesidades de su familia por sobre el pueblo, así como Bruno mismo había estado aprendiendo a volver a convivir con su familia, nuevamente fuera de las paredes.

Había sido difícil, pero había encontrado el camino para conectar con todos nuevamente, ganándose su confianza y el cariño que nunca se había perdido por él.

"Sólo se tú" | Camilo Madrigal. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora