El pelinegro nunca se había enamorado y no planeaba hacerlo.
Al estar en la ciudad subterránea nunca estuvo con una chica en una relación amorosa, así que tampoco sabía qué era enamorarse. Igualmente no sentía la necesidad de investigar sobre eso, pues tenía que sobrevivir como todos los que ahí vivían.
Cuando por fin salió a la superficie junto a sus amigos por una misión, pudo ver varias personas que demostraban su amor, cosa que no le gustó, pues tenían que compartir gérmenes al besarse o incluso al abrazarse.
Ese mismo día entraron al cuerpo de exploración se encontró con varios tipos de personas, entre ellas Hange, una chica obsesionada por investigar a los titanes y de paso a ti, capitana de uno de los mejores escuadrones que había ahí.
Al verte con esa expresión seria, supo que no podía confiar en ti, pues igual tenía una rara sensación al estar a tu lado.
Él, igual que sus compañeros, entrenó contigo en lucha de cuerpo a cuerpo, pues no se sabía contra quién tenías que pelear en el futuro. En el momento en que estaba debajo de ti, su corazón se aceleró al tenerte tan cerca.
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Ahora estaba preparándose para su primera expedición fuera de las murallas. Ahora tenían que ejecutar su plan.
El comandante dió la orden para avanzar y así todos avanzaron para salir de ahí.
Al inicio tuvieron que pelear con varios titanes hasta que llegaron a una zona en donde había niebla, impidiendo la vista más allá. El pelinegro se había separado de los demás para ir tras Erwin y acabar con aquella misión; sin embargo, no notó que un titán había pasado a su lado e iba en dirección a su grupo.
Al notar que un escuadrón había muerto, fue rápidamente con los demás encontrándose con el peor escenario que pido imaginar. Isabela y Farlan habían muerto juntos a los demás.
Él, cegado por la furia, atacó al Titán hasta el punto de hacerlo trozos. Estuvo viendo el cadáver de sus amigos hasta que llegó el rubio que tanto estaba buscando y quiso atacarlo, pero Mike lo detuvo.
- llorar no hará que regresen, Levi- hablaste en tu caballo
- ¡¿Tú qué vas a saber?!- te vió enojado- ¡¡Jamás has perdido a alguien!!
- TN, ¿Tu escuadrón?- preguntó Erwin
- murió- te diste la vuelta
- ¡¿Y lo dices como si nada?!
- ya vámonos- ordenaron
- Levi. Sé que estás enojado por lo que pasó, pero no creo que lo que le dijiste a TN le haya gustado
- ¿Por qué la defiendes?
- no es la primera vez que pierde a un escuadrón, pero aún así las personas que han estado con ella y sobrevivido han hablado bien de su trabajo como capitana, así que creo que deberías disculparte.
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Esa misma noche él estaba paseando por los pasillos intentando buscar tu habitación hasta que escuchó unos sollozos.
Se asomó por una pequeña abertura en la puerta y ahí te vió en el suelo abrazando los escudos que parecían ser de tus compañeros, pues tenían sangre.
Tocó la puerta para que te levantes y abrir. Cosa que hiciste.
- ¿Qué haces aquí soldado?
- vengo a pedir perdón por lo de la mañana
- como sea, no necesito tus disculpas- ibas a cerrar la puerta, pero él lo impidió- ¿Necesitas algo más?
- ¿Por qué dejaste de llorar?- aquella pregunta hizo que abrieras los ojos como si de platos se tratasen- ¿A caso no quieres que los demás vean que eres débil?
- ¡¿Y qué si soy débil?!- gritaste con lágrimas en los ojos- ¡¡Sólo quiero ser alguien que pueda proteger a mi escuadrón!! ¡¡No quiero ser un estorbo para nadie!!- sentiste cómo él te abrazaba- quiero ser fuerte- susurraste
- déjalo salir- y con eso dejaste que toda la tristeza y frustración se desbordara en aquel llanto
Estuvieron así por unos minutos más hasta que dejaste de llorar. Ahora estaban los dos sentados en tu cama hablando de todo lo que había pasado hasta que te quedaste dormida en el hombro de Levi
- realmente no sé que es enamorarse, pero cada que te veo siento algo en mi pecho que no me deja tranquilo. Hace rato hablé con Hange y me dijo lo que sentía, y era amor- volteó a verte- te amo
Después de eso te acomodó en la cama y se fue de ahí con una pequeña sonrisa.
Lo que él no sabía era que estabas despierta y escuchaste aquella declaración a lo que soltaste un grito en la almohada como si de una adolescente se tratase.
