Los conociste cuando iban en primaria y empezaron el amor por ese deporte. Eran inseparables en ese momento, siempre apoyándose y estando para el otro en todo momento.
Lástima que no siempre fue así.
Después de que Haru le ganó a Rin, este se fue a Australia mientras que el pelinegro dejó de nadar... O al menos lo intentaba.
- vámonos Haru, llegaremos tarde a la escuela- avisaste desesperado mientras sacabas su ropa
- no es tan tarde- dijo saliendo de su bañera simplemente con el short que usaba para nadar y pasó detrás de ti- ya te he dicho que no me llames Haru- susurró en tu oreja para después irse a la cocina
- eres un idiota- comentaste enojado
- no, soy TU idiota- te dió una pequeña sonrisa
- pero lo eres- sonreiste victorioso
El de ojos azules y tú empezaron a salir cuando iban en segundo de secundaria, ambos ya sabían de su orientación sexual y no lo callaron, por suerte tus compañeros eran personas de mentes abiertas y te aceptaron al igual que a Haru. Poco después de haber dicho que eran gays se declararon con ayuda de sus otros amigos y empezando una bonita relación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Durante todo el día no dejaste de mirar a tu novio quien se encontraba escribiendo todo lo que el maestro hablaba.
- joven TN, ¿Podría hacer este ejercicio y dejar de ver a su compañero?
Todos compraron a verte y con toda la confianza del mundo agarraste el gis para hacer todas las operaciones en aquella pizarra y finalmente poner el resultado. Cuando te sentaste, el pelinegro te lanzó un papelito sin que nadie se diera cuenta y al ver lo que tenía escueto sonreiste.
"Eres increíble"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Esto no es vandalismo?- preguntaste entrando a aquel lugar
- nadie nos encontrará, te lo aseguro- dijo Nagisa con una sonrisa
Tan sólo dijo eso y vieron a otra persona delante suyo. Evidentemente gritaron y empezaron a correr, pero tú fuiste atrapado por aquella persona.
- oye amigo, nunca quise hacer esto y...
- sí cambiaste, TN- interrumpió el chico aún agarrándote
- espera un... ¿Rin Rin?
- deja de llamarme así, lo odio
- ¿Dónde estás TN?- escuchaste a Haru al final del pasillo en donde estaban
- aquí estoy- gritaste para que te escuchara y así pasó.
Cuando llegaron mis demás, el pelirojo te soltó y fuiste a abrazar a tu novio, quien no dudó en corresponder y voltear a ver a su amigo de la infancia.
Si las miradas mataran, ellos estarían varios metros bajo tierra.
- ya que estamos todos juntos, ¿Qué les parece ir a cenar?- preguntaste nervioso tratando de calmar el ambiente
- sí, vamos- te apoyó Makoto
Y ahora aquí estaban. Comiendo en un pequeño restaurante hablando de cualquier cosa para que no se notara tanto la tensión. O al menos así sería si los dos chicos, igualmente rivales, no se vieran con una cara asesina.
Al terminar de comer, tus amigos se fueron dejándote solo con esos dos tontos que no apartaban la mirada. Ni siquiera se habían dignado a comer.
- okay ya estoy harto- azotaste tus manos en la mesa llamando la atención de los chicos- ¿Me van a decir qué es lo que pasa con ustedes?
- lo siento- se disculpó tu novio
- todavía no tengo mi respuesta
- estamos así porque me enteré que andas con Haruka
- es cierto, ¿Hay algún problema con eso?
- el problema es que igual me gustas, bueno, me sigues gustando
Al escuchar aquella confesión abriste tus ojos a más no poder y volteaste a ver al pelinegro quien sólo se mantenía relajado.
- oye, sabes que estoy en una relación y créeme eres muy guapo, pero no puedo hacerle esto a Haru
- por mí está bien- contestó tranquilo
- a mí no me importaría compartir. Sólo dinos qué opinas
- mierda... Bien, acepto. Pero si pelean por mí o algo estúpido se acaba esto, ¿Entendido?- ellos asintieron- por ahora este será nuestro secreto
- yo también quiero guardar el secreto- gritó Nagisa asomándose desde la mesa de atrás
- Nagisa, ya nos descubrieron, digo... Eso de espiar no es bueno, deja de hacerlo- contestó Rei
- tranquilos, no le diremos nada a nadie, su secreto está a salvo- sonrió Makoto