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Capítulo 2. Conocí un chico.
— Maggie cariño, te amo pero creo que es muy temprano... PARA ESCUCHAR COMO ROGER TYLOR ESTA ENAMORADO DE SU AUTO.
—Maggie está en la cocina.— Kreese se volteó, encontrándose con Reese detrás de él, quien salía del baño con la ropa sucia.— Preparando el desayuno y toneladas de galletas.
Cerró los ojos con fuerza cuando ABBA comenzó a sonar.— Maggie, ¿Mi Maggie fuera de la cama a las seis en punto?— Reese asintió, Kreese se encaminó hacia abajo encontrando a Maggie bailando Dancing Queen mientras cocinaba.
— Buenos días papá.— dijo sonriendo.
— No pienso preguntar, voy a fingir que mi hija no se volvió loca.— Maggie extendió una bolsa para su padre.— ¿Que es?
—Tu desayuno, se que te vas temprano.
— Gracias, cariño.— Kreese le dio un beso en la mejilla.— Hoy iré a West Valley, iniciarás el año entrante, ¿De acuerdo? La escuela queda a la misma distancia que aquí y que él dojo.
— Genial.— sonrió, no hacia mucho se habían mudado a las colinas y pretendía colaborar con la adaptación, eso incluía cambiar de escuela para que el camino a casa sea más corto.
— John Kreese.— musitó una mujer entrando del patio.
— Donna.— musitó cortante.—Mejor me voy.
— A tu padre nunca le caí bien, pero no me importa. Extrañaba esta linda carita.— musitó la mujer apretando los cachetes de Maggie.
— Déjala mamá, sus mejillas se ponen rosadas muy fácilmente.— río Reese.
— Oh, no! Nunca aceptas ir, entonces la veo muy poco, apretaré sus mejillas todo lo que quiera.
Ambas rieron sentándose frente a Maggie— ¿Que te tiene tan emocionada, cariño? — cuestionó Reese cuando Kreese se fue.— Conozco a mi hija y hoy tienes un brillo especial.
— Oh nada, ¿No puedo hacer el desayuno para mi mamá y mi abuela?
— ¡Tienes esa expresión! — Donna aplaudió riendo.— Arrugas la nariz cuando estas guardando algo.
— Bueno...— Maggie sonrió.— Hace unos días mamá me obligó a ir cine, estaban esto ya chicos que nos comenzaron a tirar bombones de chocolates y derrame mi refresco en uno de ellos.
—¿Te gusto ese chico?
— ¡No! — río.— Su amigo de al lado intentó presentarse conmigo, y no puedo olvidar su rostro desde entonces.
— ¡Ohh, nuestra pequeña está enamorada!
— ¡Abuela!
— ¿Que? Maggie falta poco para que cumplas dieciséis, es normal que te enamores.
— Igual es algo tonto, no creo que vuelva a verlo.
[...]
— ¡Los chicos que tiran comida a otros solo quieren llamar tu atención! — exclamó Ali riendo, Maggie había aceptado ir a la playa con ella y Susan ya que su madre y su abuela estarían cerca.
— Lograron hacerlo con Maggie.— comenzó Susan lanzando la pelota.— Le pregunte a algunas chicas y dicen que es parte del dojo de tu padre, Maggie.
La rubia golpeó la pelota.— Entonces jamás lo conocerás, sabes como es tu padre.
— Tampoco busco conocerlo, Ali.
— Si, supongamos que te creo.— Ali río.— Deberías entrar en el equipo de Voley cuando entres a West Valley el año entrante.
— ¿Vas a ir a West Valley?— preguntó Susan.
— El año entrante, queda más cerca de las colinas y del dojo de papá.
Susan la miró divertida— Johnny va a West Valley.
— ¿Quien es Johnny?
— Johnny Lawrence, él chicos del que te enamoraste.— la rubia la miró mal.— Johnny Lawrence, vive en las colinas.
— ¿Enserio? — preguntó Ali.
— Su padrastro vive en las colinas, me lo dijo Clair la chica que se sienta en ciencias conmigo.— musitó Susan golpeando el balón.
— Inevitablemente se encontrarán, en la escuela, en el dojo de tu padre o en Encino.— dijo Ali con gracia.
— O aquí en la playa.— Maggie señaló la colina, donde logró reconocer a Johnny y a los chicos del cine en unas motocicletas, apunto de bajar.
— Maggie, hora de irnos o perderé mi vuelo.
— ¿No puede esperar un minuto más? Por favor.— suplico Susan mientras la rubia tomaba sus cosas.
— Oh cariño, si ese rubio está en el camino de Maggie ya se van a encontrar.— comentó Donna.
La motocicleta de Johnny no logró bajar lo suficientemente rápido antes de que Maggie se fuera con su madre y su abuela.
— Maldición ya se fue.
— Te dije que bajarás antes amigo.— dijo Bobby.
— Pregúntale a sus amigas.— propuso Jimmy.
— Sus amigas pueden oírlos. Solo por eso no les diremos nada.
