SOMBRAS

Pasado

Una vida inmortal puede traer felicidad al principio ya que vivirás tanto, más que los demás, pero cuando llega el momento de decirle adiós a una persona que no tiene salvación a pesar que tu no la puedas salvar, esa persona quedará eternamente dentro de ti.

Su aroma, esencia, la forma en como ve al mundo, todo queda en tus recuerdos como unos simple recuerdo luego de su partida.

Hoseok no la tuvo fácil, para nada fácil, a pesar de ser un hombre lobo, con mucha similitud con los humanos había algo que no lo hacía completamente humano como el lo deseaba.

Hoseok es un hombre mitad lobo, su madre era una hermosa mujer humana y su padre hombre lobo cabecilla de su clan, pero todo termina cuando solo uno no tiene la suerte de ser transformado.

La madre de Hoseok no tubo tanta suerte como el.

Flashbacks

Perspectiva de Hoseok.

Hoy era el cumpleaños de mi madre, ella cumpliría 40 años de vida.

Hoy estaba súper feliz ya que mi madre por fin también se enteraría que al fin puede completar mi transformación como hombre lobo, me ponía súper feliz eso ya que eso significaba de que dentro de muy poco yo tomaría el mando como líder del clan Jung.

- hijo, hoy te vez tan guapo.- dijo con su típica risa contagiosa.

- madre sabes que me haces sonrojar cuando dices eso.- dije abrazándola y escondiendo mi cabeza en su cuello.

- pero hijo mio, sabes que es la verdad, tengo a un hijo muy guapo, tan guapo que hasta llego a pensar de que mi hijo es inreal.- dijo sonriendo.

- madre sabes qué ya estoy a mi madurez y eso significa que mi belleza intensificó.- dije sonriendo de oreja a oreja.

- hijo no olvides eso por favor.- dijo eso y empezó a acariciar mi mejilla como si fuese la última vez, yo lo sentía así.

- madre estás ¿bien?.-dije mirándole con preocupación, últimamente me ha dicho lo mucho que me ama y lo mucho que quiere que sonría a pensar de todo.

- hijo,sabes que estoy bien cuando se trata de ti, tu eres mi universo enteró cariño, quiero que recuerdes siempre eso.- dijo eso para luego abrazarme calidamente, como si nunca quisiera soltarme.

_Luego de ese cálido y dulce abrazo sentí como sus brazos que estaban a mi cintura poco a poco perdía la fuerza, eso me preocupo tanto.

Pero fue demasiado tarde para  preocuparse ya que luego de tener completamente conciencia de lo que estaba sucediendo me di cuenta que mi madre portaba dos flechas en su espalda, una a la altura del corazón y la otra en el hombro.

Vi como mi madre perdía más fuerza.

Para no dejarla caer por completa la sostuve pero fue tarde ya que la flecha traspaso, haciendo que tocará su corazón.

Escuchaba los débiles latidos de mi madre, la sostuve para que no perdiera la visión.

Mi padre llegó y ataco a la persona quien había tirado esa flecha, la transformación de mi padre era de un perro gigante color negro con una mancha en la cola.