El estigma

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Pongo el video por si no han visto esa bella animatic :) la canción del Cuarteto de Nos le queda como anillo al dedo a Bruno

...

Esa mañana nadie fue a levantarlo, lo que por un momento lo hizo sentir un poco de alivio, pues a veces, solo a veces, la efusividad de su sobrina podría llegar a ser demasiado para él mismo. Se levantó al rededor de las 10 de la mañana por la que supuso que el resto de su familia se encontraría en el pueblo así que aprovecharía para tener un desayuno tranquilo.

Al salir de su cuarto Casita lo saludó moviendo sus baldosas por lo que él devolvió el saludo, bajó a la cocina y por un momento se sintió extraño, como si de nuevo estuviera robando comida de la cocina aprovechando que no había nadie para atraparlo, pero aquello solo fue como una pequeña pesadilla despierta.

Ahora las cosas eran diferentes, porque el había vuelto.

Era extraño, hasta hace poco tiempo él se encontraba tras los muros, condenado a ver como su familia compartía sin él, como sus sobrinos crecían sin él y como sus hermanas vivían vidas felices sin él. Aun se encontraba entumecido, como si su mente aun no procesara que estaba de vuelta, volver a sentir el calo de su madre, de sus cuñados o de sus hermana era tan confortante que parecía un sueño vivido, pero sabia que así como se acostumbró a vivir entre paredes podría acostumbrarse a estar de nuevo en el exterior.

O al menos eso esperaba.

Al llegar a su destino lo primero que sintió fue el olor a pan recién horneado, siguió con la mirada el estante donde se hallaba el alimento e intentó agarrar un poco, sin embargo, era lo suficientemente bajo como para no logarlo con facilidad.

—Tranquilo tío, yo te ayudo—Le habló Camilo y en un movimiento rápido se convirtió en una versión mas alta y tenebrosa del propio Bruno para alcanzar el pan, luego volvió a la normalidad y se lo entregó.

—Yo no me veo así—Le dijo con un poco de indignación.

—Lastimosamente—Le respondió en cambio para luego desaparecer tan rápido como llegó.

Bruno no tomó mas importancia y se dirigió a la mesa donde se sentó, estaba a punto de darle un mordisco al pan cuando Casita acercó a él un plato con mas comida, pero a pesar de que su estomago rugía, lo que realmente llamó la atención fue las letras que marcaban aquel plato.

"Bruno"

Era su antiguo plato, el plato en que solía comer hace ya bastantes años, pensó que se había destruido junto con gran parte de los inmuebles de Casita en los recientes eventos. Por un momento el recuerdo de su hermana Julieta sirviendo su comida favorita en aquel plato para luego darle un fuerte abrazo vinieron a su mente.

—Nada quita la tristeza mejor que un plato con tu comida preferida, ¿no? —Le decía con cariño.

Las lagrimas empezaron a caer, quiso detenerlas pero no podía, se limitó a secarlas con pesar y hacer el menor ruido posible para que su sobrina con super oído no lo escuchara sollozar. Comió cada bocado de aquel plato con mordidas lentas, como si quisiera que esa pequeña sensación de aceptación no se fuera a desvanecer.

—¿Qué tal está?—Preguntó la propia Julieta acercándose a la cocina para llevar mas comida al pueblo.

—Está increíble, gracias por la comida—Le agradeció a su hermana, pero ella negó con una sonrisa divertida.

—No lo hice yo, fue Mirabel, ella insistió en querer prepararte algo que te gustara así que hizo eso solo para ti, incluso tuvo que estar con los ojos sobre Camilo para que no robara nada.—Bruno no cabía de su asombro, su sobrina se había tomado el tiempo para averiguar que le gustaba y dejárselo en un plato con su nombre, una sensación de calidez inundó su corazón.

¿Dónde está el árbol? | MiraBrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora