Guerrero

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Al amanecer siguiente o mejor dicho, madrugada, mientras el aire nocturno aún permanecía frío y algo húmedo logramos contemplar a un joven de cabellos sangre recostado en su amaca, la cuál se tensaba bastante bien por el peso del ser, el cual se despierta de manera abrupta abriendo a más no poder sus ojos dejando ver mejor su par de gemas de ámbar las cuales parpadean un par de veces.
Con sumo cuidado y precaución El joven se levanta de su tensa cama, poco a poco iba tanteando el terreno a la par que se iba levantando, el frío suelo era algo que le causarán escalofríos pues no hay que olvidar que estaba descalzo.
Consumo cuidado logro dar los primeros pasos en el suelo de madera, cada paso siendo cuidadosamente dado pues no quería levantar a su madre que si bien no se podía decir que estaba recostada no por ello estaba ausente.
Está se encontraba en una pared, cómo sigue una fina pero bien trabajada estatua de madera se tratase, pues está como si fuera parte de la casa se encontraba adherida a la pared, primer impacto parece que solamente se trata de un tótem o algo similar pero no obstante es la mujer de antes.
Vociferada una especie de ronquido si se le puede llamar así ya que tenía la boca cerrada y resoplaba mientras lo hacía; nada tonto decide aprovechar dicha oportunidad para poder irse de ahí.
Con la escasa luz de la madrugada logra visualizar sus armas pues estos eran fáciles de indicar por su ferviente brillo aún con escasez de luz, tras tomar las armas junto a zapatos, escucha un sonido demasiado similar a una salpicadura, tal sonido simplemente lo hace ponerse nervioso pues había creído que su madre había despertado de su letargo solamente para regañarlo, tímida pero pausadamente gira su cabeza hacia atrás logrando ver que su madre se encontraba un dormida solamente había movido los labios para estar de cierta forma más cómoda mientras dormía.
Aliviado este reanuda su caminar hacia la escalera en forma de caracol que conectaba con la planta baja, aunque sin descuidar su forma de tantear el terreno ya que una cosa usual de casas hechas de madera es como cruje está, acción que de ocurrir seria desafortunada para nuestro protagonista, sus pasos eran largos a la vez que también algo chistosos sin descuidar ese sigilo que había mantenido hasta ese momento.
Dicha técnica de escape había utilizado años anteriores más no obstante siempre será descubierto hoy planeaba cambiar eso ya que el ragnarok estaba cerca.

El joven corazón de este latía con fuerza mientras esté intentaba avanzar el palpitar sonaba y resonaba en sus orejas como si se tratara de un tambor que sonará fuertemente dentro de estas; es normal sentir preocupación y más cuando vas a realizar algo así puesto que temes al castigo y también temes de cierta forma las consecuencias posteriores a este.

Su viaje a planta baja había finalizado, se encontraba cerca de la puerta pero al tomar el mango de esta para poder abrirla e irse se escucha un leve crujido la casa, un mal paso fue lo que bastó para hacer sonar el estridente ruido, cara del pelirrojo se arrugó en señal de molestia mientras cerraba con fuerza sus ojos esperando que su madre no lo haya escuchado, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... Una serie de números eran pensados por el pelirrojo mientras esté rogaba porque no hubiera sido escuchado por sorpresa al llegar a 20 escuchar nada ni siquiera su madre detrás de él o incluso que está preguntará algo por accidente.

Nuevamente sopla aire sin causar el más mínimo ruido, no podía cantar victoria hasta alejarse del bosque, la puerta de piel de la madre es abierta con cuidado a la vez que quién la uso sale por esta y vuelva a cerrarla con la misma cautela con la que la abrió, una vez fuera da un par de pasos a un algo chistosos y cuidadosos para poder irse, 20 metros alejados de la casa, brisa se dibujan los labios del pelirrojo a la par que su ritmo cardíaco aceleraba más no por miedo sino por emoción; empieza a correr

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Dejando de lado la delicadeza que había caracterizado sus pasos hasta ese momento empieza a dar pasos más largos pero descuidados, e incluso algo torpes, el ojiambar portaba con orgullo una camisa blanco marfil con algunos detalles verdes en las mangas esos detalles emulaban iconicamente las raíces que su madre utilizaba también en dicha parte del cuerpo, salón blanco marfil 2 compañada es que ese cinturón del interior a un estaba en su cadera.

MokushirokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora