Capítulo 4: El Tsunami

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El tsunami se acercaba, toda la gente que se encontraba allí estaba tan impactada que ni se podían mover.

La ola media mínimo quinientos metros.

-Dios.-Dijo Noah.-Esa es una gran ola chicos.

-¿Tú crees?-Un chico que estaba al lado de ellos pregunto con sarcasmo.

Todos veían como la ola se acercaba muy rápido. A lo lejos se escuchaban gritos muy fuertes, de la gente que se encontraba aun en la ciudad. El hospital donde se resguardaban estaba muy lejos de la costa, pero conforme la ola se iba acercando muy rápido, no les quedaba mucho tiempo para el impacto.

-Prepárense.-Dijo el líder de los soldados.-Desde aquí se puede notar que la ola es más grande que la montaña y que el hospital.-La gente se preocupó aún más y algunas mujeres empezaron a llorar. Se escuchaba el llanto de una bebe y los padres que trataban de calmarla.-Hay que rogarle a Dios que nos salve.-Susurro.

La ola se iba acercando más y más rápido. Los siete chicos aterrados como la demás gente, se despedía de sus familias y amigos, porque creían que no se salvarían. La ola arrasaba con todo a su paso, no había ningún edificio que fuera más grande que esa ola. Les quedaban pocos minutos o segundos para el impacto.

-Señor.-Le dijo al líder el mismo soldado que le había advertido antes.-Me reportan que varios tsunamis chocan con las costas del mundo.

-No puede ser.-Dijo.

La ola se encontraba a pocos metros de ellos.

-Marcus.-Le susurro Alice.

-¿Qué pasa?-Le dijo aterrado.

-Si morirnos quisiera decirte que te…

 La voz de Alice desapareció y el llanto de la bebe seso. Lo último que Marcus alcanzo a ver fue que la ola había impactado con la montaña y arrasaba con el hospital, después no vio nada.

Gritos, olas, destrucción, son las cosas que escuchaba Marcus al recuperar la conciencia. Se encontraba en el agua, en el terrible y oscuro fondo... Miro alrededor a examinar a sus amigos por la poca luz que había de la superficie, pero ellos ya no estaban, lo único que veía fueron muchos cadáveres y cosas alrededor de él, personas, animales etc., era la terrible realidad. La gente y el comedor del hospital habían desaparecido al igual que sus amigos. Lo primero que pensó Marcus fue: ´´Y mi familia, mis amigos, ¿Dónde están?

Marcus cerro los ojo. Triste y deprimido, pensó: ´´ ¿Y si están bien? Debo encontrarlos, no me voy a rendir.´´

Volvió a abrir los ojos, se preparó y empezó a nadar hacia la superficie con todas sus fuerzas. Estaba decidido a encontrar a su familia y a sus amigos. El poco oxigeno que le quedaba (que él no sabía cómo pudo conseguirlo) se le estaba acabando. Nadaba y nadaba, más y más rápido el largo camino hacia la superficie.

A pocos minutos de despertar, pudo llegar a la superficie. Cuando llego, lo primero  que vio fue una luz hermosa y brillante, que iba disminuyendo, cuando quedo muy clara, vio algo que arruino sus ánimos, era la imagen de una ciudad inundada. Veía casas flotando, pedazos de edificios, autos  pudo ver a mucha gente flotando que gritaba y lloraba. Por lo que vio, estaba casi seguro que la ciudad de Miami, Florida, se encontraba al fondo del océano.

Las olas del tsunami lo arrastraban, el trataba de agarrarse de algo, pero no lo conseguía. Busco y busco algún lugar seguro pero no había nada en que poder resguardarse.

-¡Marcus! ¡Marcus!-Le gritaba una voz conocida.- ¡Por aquí!

Marcus giro la cabeza y vio al líder de los soldados junto con su informante sobre un el techo de un auto que flotaba. Marcus nado de prisa hacia ellos, tratando de no ser llevados por la marea del tsunami. Tardo unos pocos minutos en acercarse al auto. El líder le acerco un palo de madera para que él se pudiera sostener.

El informante se acercó a ayudarlo a subir. Cuando por fin Marcus se había subido les pregunto:

-¿Cómo…como…-Tartamudeo exhausto.-pudieron salir?

-No fue fácil créeme. Sin el.-Señalo al informante.-Yo no estaría aquí. El me salvo, nos encontramos hundidos y pudo llevarme sano y salvo a este pedazo de chatarra.

-No fue nada, señor.

-Ha, tú…me salvaste la vida.

-No ha visto a mis amigos.-Pregunto Marcus.

-Claro que no.-Contesto.-Aunque.-Agrego.-Pude alcanzar a ver a tu amigo, ¿Cómo se llamaba?, a si Arthur.

-¿En serio?

-SI, lo vi aún con vida, estaba nadando hacia la superficie, luego me encontraba en esto.

-Nunca me dijo su nombre…señor.-Dijo Marcus.

-¿YO?-Marcus asintió.-Pues yo me llamo Henry y mi héroe Mac.

-Un placer. Y… ¿Qué pretende hacer señor?-Pregunto Marcus.

-Pues buscar refugio creo y por favor ya no me llames señor.

-Si.-Dijo Mac.-Posiblemente si tus amigos sigan vivos estarían allí.

-Tal vez, si, tal vez.-Dijo Henry.

-La demás gente.-Miro a todas partes.- ¿Qué pasara con ellos?

-No tenemos mucho espacio, hace rato trataron que quitarnos y casi nos hunden.-Contesto Mac.

-En estos momentos no hay nada que hacer sin algún refugio.-Menciono Henry.

Marcus estaba bien preocupado por sus amigos y familiares, también por la gente que estaban dejando a lo lejos, ya que la marea los estaba apartando de ellos. Cuándo encontraran refugio, ¿irían a ayudarlos?, ¿seguirían con vida?

Ciudad en llamas: ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora