Disfuncional y torpe omega || BaekYeol

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Tristeza. Eso eso es lo primero que BaekHyun capta al entrar a la casa que siempre, no casi siempre, lo recibe cálidamente. El olor es ligero, pero igual pesa y duele.

Con una mueca BaekHyun decide dejar atrás sus zapatos y su gabardina dejando todo en su lugar. Las llaves del carro en una tacita que su lindo omega hizo de unos lobos bonitos acariciadose entre ellos. Su bebé lindo y mimoso estaba triste, recordó.

Tratar con su bebé triste era algo que BaekHyun trataba de evitar. Siempre intenta dar lo mejor de sí para no ver gruesas lágrimas deslizarse fácilmente por el bello rostro de su príncipe, pero sabe que su bebé es algo llorón así como puede llorar muchísimo por alguna serie sabe también que puede romperse un poquito con otras cosas que BaekHyun no le agradan del todo y su lobo mucho menos.

Camina despacio hasta entrar al centro de su casa. Esta la iluminación algo baja, siempre se deja así porque Chanyeol es bastante torpe y no tiene buena vista. Muchas veces se llegó a lastimar por no lograr ver correctamente. Es lindo, piensa.

Recorre con la mirada la sala, no está viendo tv lo cual le dice que su razón de tristeza no es por alguna serie o algo parecido. Camina sin apresurarse hasta la cocina, hay un plato lavado, el suyo que dejo sucio del cual comió, pero encuentra ciertas sobras, enteras, en la mesa. Alguien llegó a comer.

Teniendo una idea de lo qué pasa, solo espera que no sea así. Camina despacio por las gradas, su pequeño bebé ya debe de haberlo sentido. Mi olor está pasando por toda la estancia tratando de disipar un poco la tristeza.

La puerta de su habitación está totalmente abierta, apenas entra unas esponjosas sábanas cubren una masita grande que intenta ocultarse. Una sonrisa aparece en mis labios.  Pasó por la habitación apaciguando un poco el olor regalándole un poco de bienestar a mi pequeño príncipe. Cuando finalmente terminó me siento a un lado de ese tumulto de sabana que oculta a alguien precioso y mío.

— ¿será posible ver los ojitos de mi príncipe un ratito chiquito? — las sábanas se remueven rápidamente, mi mano se coloca justo en su espalda dando palmaditas. — este alfa solo quiere ver un ratito a su omega bonito.

Otro vez se remueve y con algunos segundos se abre un poco un hueco donde mi príncipe me muestra su lindo y tierno rostro. Sonrió con pura felicidad, dejando de lado el hecho de que me molesta lo rojo e irritado que tiene sus ojitos.

— hey, precioso. — saludó y mi pequeño bebé tan solo parpadea dulcemente para después despacito y suave me conteste mientras mi mano delinea un lado de su rostro.

— hola, BaekHyunnie — susurra regalándome una sonrisa feliz, pero no del todo.

Hago una seña para que me de algo de espacio el cual me concede feliz. Cuando logro hacerme en la cama el no duda en acercarse y colocar su cabeza en mi regazo. Sin mencionar nada paso mis dedos por su sedoso cabello.