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Bonito

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Bonito. Fue lo primero qué pasó por mi cabeza. Ese lindo niño que servía bebidas calientes y atendía a los clientes en un pequeño y acogedor café, cerca de las oficinas de donde trabajó me pareció encantador y torpe también.

— di-discúlpeme, no fue mi intención — el chico alto chilla asustado, sus feromonas están haciendo un desastre en el pequeño recinto. Su mano se cuela por uno de sus extensos bolsillos y saca un pequeño trapo blanco con el que intenta limpiar la bebida fría que cayó en mi regazo. Lindo. — yo-yo lo pagaré.

Dice con fuerza y tartamudeaba con frecuencia. Yo estoy de pie por el susto de que cayó la bebida en mi traje, el chico está sobre sus rodillas intentando con todas sus fuerzas no explotar y llorar. Su cabello negro y ondulado se mueve conforme el se mueve. Hermoso.

— ¡Chanyeol! — grita un hombre con sobrepeso que sale de una puerta que apenas le permite pasar. El hombre parece molesto y fastidiado. El lindo omega pega un brinco asustado y se coloca de pie de inmediato. — ¡otra vez con tu maldita torpeza. Ya son cinco veces en este mes!

El hombre abre paso entre la multitud. La gente se siente afectada por el aroma a miedo del omega que al parecer no sabe que está soltando tal olor. Otros empleados intentan alejar a sus clientes de tal escena como se los ordena el viejo gordo con una señal.

— lo-lo siento jefe — dice suavemente el hombre tan solo gruñe y empuja al niño quitándolo del camino. — no fue mi intención. No vi el escalón.

— tu no miras nada, Chanyeol. Tras de ser un disfuncional omega — dice girando sobre si haciendo un sonido poco sano mientras el niño tiembla agachando su cabeza y abrazando su brazo lastimado. — lárgate de aquí y no pienses en volver a pisar este café en tu vida.

El niño intenta hablar, pero su voz se quiebra y da la espalda dejando despacio su delantal café oscuro en la mesa de su lado.

— de una vez, alteras con tus feromonas a mis clientes. — grita el hombre y el chico tiembla con rapidez deja el establecimiento. Mi corazón palpita con rapidez mis ojos siguen la figura alta de ese lindo omega que tiene el corazón herido. Justo al frente logro ver las gruesas lágrimas que recorren ese hermoso rostro a través del gran ventanal.

— señor, discúlpenos por lo torpe de nuestro ex-empleado. Como vio fue despedido por su incompetencia. — el hombre obeso intenta acercarse, pero apartó su mano de un manotazo con desdén. El hombre se queja y me vuelve a ver con rencor al principio, pero su rostro cambia a uno de puro miedo. Sonrió.

— ese omega incompetente es mío . — sacó un pañuelo de mi bolsillo y limpio mi mano que tocó la del hombre. Le sonrió con facilidad y con frialdad a pesar de la sonrisa. — ahora, llame a este número. — le entregó una tarjeta negra el hombre asustando la toma mientras abro paso para salir de ahí e ir tras de mi omega. — y hablé con mi secretario, solo dígale que Byun BaekHyun le dio la tarjeta.

El hombre tiembla y cae de trasero al piso. Antes de salir giro para ver al hombre que parece que no se cree el nombre que está en la tarjeta. — y dele los datos de ese omega a él, completos. — el hombre asiente rápidamente, girándose sorprendentemente para reverenciarse ante mi que lo dejo ahí solo y como estupido.

Corro por el camino que dejo mi lindo niño con una sonrisa honesta desde hace mucho tiempo. Mis ojos brillan expectantes y no puedo evitar sentirme feliz con solo pensar en él. En ese chico. En ese alto niño bonito. Su peculiar aroma me guía hasta llegar a un parque central justo en esa banca al final y solo donde él está sentado con la cabeza agachada y una paleta que se derrite cayendo al suelo lentamente.

Camino esta vez más despacio y sonrió al encontrarlo. Me acerco lo suficiente para que sus ojos logren ver mis zapatos y levante su mirada y cuando lo hace sus ojitos irritados me miran asustado.

— yo-yo no tengo ahora dinero para repararlo, señor — dice y mi rostro se muestra confuso sin decir nada más el pequeño se explica. — por su pantalón arruinado.


— oh, eso, eso no importa. No quiero eso de ti, lindo omega. — el chico se ruboriza bastante pero inclina la cabeza lindamente confundido. Precioso.


— no tengo dinero. ¿Entonces que quiere de mi, señor?— pregunta confundido y algo asustado. Sonrió logrando así una mueca que normalmente asustaría a alguien.


— te quiero a ti. — respondo sin sutilezas porque no las necesito, solo lo necesito a él.

El niño se sorprende y sus grandes ojos son prueba de ello su pequeña boca forma una "o" y sus mejillas se van coloreando con rapidez. Es ahí cuando no tengo dudas que es mi omega y de nadie más.

 Es ahí cuando no tengo dudas que es mi omega y de nadie más

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Disfuncional y torpe omega || BaekYeol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora