Disfuncional y torpe omega || BaekYeol

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Bajo del carro con cuidado tomando las bolsas y despidiendo al taxista amigablemente. Me miro otro poco más y muerdo mi labio. No me veía bonito, tenía un pantalón negro, aún andaba el delantal verde oscuro con el nombre de la repostería.

Sweet and warm coffee, Chanyeol trabaja y es dueño de un local de repostería y café. Su novio le había regalado el lugar junto con toda la mueblería al igual que decoraron juntos el lugar. Es especial ese lugar.

A pesar que en un principio no le agradó la idea porque le pareció algo muy costoso, con unos acuerdos en el cuál cuando ya estuviese estable con el negocio Chanyeol le devolvería el dinero gastado en todo el local. BaekHyun se rehusó, pero con el tiempo aceptó con la condición que lo que él devolviera estaría en forma de ahorro. Sería de ambos. Chanyeol aceptó al final con un suspiro porque con su novio nadie podía ganar.

Sin importarle mucho que esté un poco sucio lleno de harina y con olor a café camino decidido hasta el enorme edificio plateado y negro que se encuentra a su vista. Sonríe contento al imaginar la gran sorpresa que le dará a su novio.

Llevaba días sin poder verle bien. BaekHyun estaba ocupado con un negocio importante y el con la repostería que siempre lograba llenarse por completo, incluso filas enormes podías ver. Extrañaba a su pareja, muchísimo. Así que optó por tomar un poco de su tiempo y venir a darle algo dulce y calientito a su novio y llenarle de besitos porque lo extraña.

Cuando entra a las instalaciones, el guardia le sonríe contento, sabiendo al instante quién es. Chanyeol le regresa el saludo y le regala un panquecito. El hombre mayor sonríe y lo despide volviendo a sus rondas.

Cuando se acerca a la recepción nota algo extraño. Ya no está su amiga Hunyul. Ella era agradable y siempre recibía con amor sus dulces. Se acercó con cuidado al chico que estaba en el gran escritorio. Se encogió cuando la mirada del hombre lo examinó con puro desdén. Tal vez si tuvo que llamar a su novio, pero ya no sería una sorpresa, pensó.

— buenas tardes, ¿busca a alguien a quien espere de algún departamento para alguna entrega ? — pregunto con amabilidad, pero su rostro y tono tenían otro entendimiento.

— no-no, yo vengo a ver al presidente Byun. — murmuro y el hombre me mira confundido.

— ¿tienes alguna cita o es una entrega express para el señor Byun? — pregunta sin quitarme la mirada.

— no, no, yo no estoy entregando nada...es una sorpresa para mi...— el hombre parece molesto cuando me interrumpe.

— mira niño, si no tienes cita no puedes entrar y el presiente Byun no creo que tenga tiempo para sorpresas de algún admirador o algo así...

— En ese caso esperare a que salga entonces. — susurro con completo terror. Tal vez no fue buena idea, me volví a repetir mientras me sentaba en los sillones del lugar.