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Otro dibujito ahí arriba ↑↑
Espero que os guste :3

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Capítulo 9.

Aquel rubio de ojos vacíos camino con paso firme al rubio que era golpeado por Izana. Este se disculpó y abrazo al rubio. Impactada seguía observando la escena con envidia. El rubio soltó un par de lágrimas en el hombro de aquel chico que acababa de aparecer. La multitud comenzó a hablar entre si. Mientras ellos estaban distraídos, yo buscaba con la mirada a los Reyes Celestiales de Tenjiku y después de localizarlos a todos caminé hacia Kakucho, que no estaba muy lejos de mi.

-¿Quieren alguna ventaja? -dijo el rubio de ojos vacíos. La multitud comenzó a hablar entre líneas. -¡¡TRÁIGANME A VEINTE MIL!! -rei por ese comentario absurdo del chico, al lado de Kakucho, quién tenía la vista fija en Izana y los miembros de ToMan, quienes se estaban levantando del frío suelo. Me acerqué a Izana.

-Parece que nuestros planes salieron de control, ¿no? -en ese momento, Izana se dio la vuelta y desapareció de nuestra visita. Me equivoco. Se movió hasta Manjiro más rápido que el viento y le implantó una patada a la cabeza, la cual Manjiro fue sorpresivamente capaz de bloquear.

Todos los presentes miraban atentamente a los hermanos, que se lanzaban golpe tras golpe cada vez más pesados. Manjiro, quién era quien más golpes recibía, se levantaba del suelo una y otra vez, e Izana golpeaba y culpaba a Manjiro por la muerte de Shinichiro.

-La soledad es la fuerza de Izana. -hablo Kakucho entre líneas. -A sus doce años, fue atacado por un grupo de chicos y lo dejaron gravemente herido. Cuando él se recuperó, se vengo de cada uno hasta dejarlos irreconocibles y después fue a por su líder. -hizo una breve pausa. -Lo amenazó y el líder terminó ahogándose.

-Si algo puedo decir de Izana. -continue yo. -Es que él, tiene puños para matar.

Tenjiku ya no es lo que era antes. Paso de una promesa de niños tumbados en la nieve, a una batalla a sangre fría, llena de miedo, rencor, envidia. Un lado busca la salvación, y el otro una desesperación infinita. Unos golpes firmes que, debido a la inseguridad, se vuelven débiles y sin sentido. Mientras que las palabras de otros "ayudan" a quien más lo necesitan, esas manos cálidas de quienes dicen ser familiares y las frías manos de quienes las rechazan por deseo propio. La cálida sangre derramada en el campo de batalla y los sucios golpes se mezclaban con el aroma del mar y viento frío que venía del Pacífico. Una infinidad de posibilidades, ninguna verdadera.

La ira se apoderó de Izana Kurokawa, desesperación corriendo por sus venas mientras se acercaba a aquel chaval de trece años que sostenía un arma.

-Incluso si pierdo en esta pelea, perderé todo, ¿cierto? -frías palabras salieron por la boca del peliblanco que sostenía el arma de fuego, apuntando a su única esperanza. Gritos de la multitud que distorsionaba el frío ambiente del invierno temerario. Y después, el sonido del arma golpeando el suelo y un súbdito revelándose ante su rey.

-Kakucho.. ¡¡Kakucho bastardo!! -la voz irritada de Izana se oyó en todo el puerto. -¿Qué crees que estás haciendo? -el arma cayó a los pies de su anterior portador.

-Izana.. Es suficiente.. ¿o no? -parecía que aquel interminable silencio se mezclaba con unas gotas de lluvia de aquel cielo semidespejado. -Perdimos.

-¿El siervo le está dando su opinión al rey? ¡Bien! -Izana ya estaba enfadado. Era bastante fácil enfadarlo, solo haciendo una pequeña cosita que el no quería y ¡pum! Enfado.

-Yo.. solo peleo por ti Izana. Sin importar que tan retorcidas sean tus órdenes, yo las acataré al pie de la letra con una sonrisa en mi rostro. Moriría felizmente por ti, así que, por favor, deja de hacer este tipo de escenas. No quiero verte actuar tan patético. -la voz de Kakucho se escuchaba cada vez más alto. Todos estaban en silencio para escuchar lo que pasara a continuación.

-Oigan ejecutivos, ¿por qué no ven que tienen que matarlo? -la mirada de Izana se dirigió a cada uno de los Reyes Celestiales, primero a los hermanos Haitani, Mucho, Mochi, Shion.., y después yo, que sólo desvíe una triste mirada hacia el suelo.

-¿Ves Izana? Ellos no pueden vencerme.

-Fuera de mi camino, idiota.

-¡¡TENJIKU PERDIÓ, IZANA!! -el grito comenzó a hacer eco en mis oídos seguidamente de el grito de Izana, que hizo que me doliera la cabeza y que no estuviera preparada para ver la siguiente escena.

-Tsumugi-san

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-Tsumugi-san..

-Dime Kakucho.

-¿Por qué estás aquí con nosotros? ¿Tu tienes padres, no? ¿Por qué no te quedas con ellos? -las palabras de Kakucho cayeron en mi corazón como pequeños balazos, inciertos y secantes.

-Ellos.. están demasiado ocupados para preocuparse por mi.

-Ah. Yo.. lo siento.

-¡No te disculpes Kakucho! -Izana apareció con unos guantes y una bufanda que cogió dentro del orfanato. -¡Miren lo que tengo!

-Vaya Izana..

Continúe dando forma al muñeco de nieve que teníamos en el patio del frente mientras continuaba pensando en la pequeña conversación que tuve antes con Kakucho.

-Oye Tsumugi. Te noto rara, ¿pasó algo?

-No, estoy bien.

-No, no lo estás. -sus frías manos tocaron mi rostro y lo giraron para que mis ojos mirasen el amatista brillante de los ojos del contrario. -¿Qué sucede?

-¿Qué quieres hacer en el futuro?

-¿Qué? -separo sus manos de mi cara.

-¿Qué qué quieres hacer en el futuro?

-Pues.. me gustaría conquistar Japón.

-Yo...

-Con los dos. Los tres somos un equipo. Nunca nos vamos a separar.

-Gracias. -susurré.

 -susurré

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/Llora

Me da mucha pena este capítulo :(

Bueno, nos vemos la próxima vez <3

Tenjiku's Queen - Izana KurokawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora