Solo le quedaban unas cuantas monedas de oro y plata, la noche era fría y necesitaba encontrar un lugar donde pasar la noche si no quería que algún alfa le robara las pocas posesiones que tenía. Su futuro se veía oscuro, pero aun así no se arrepentía de haber escapado, de haber gastado casi la mitad del dinero que había tomado para viajar lo más lejos posible y despistar a los alfas que lo rastrearían a la mañana siguiente en cuanto notaran su ausencia. Lamentablemente aún se encontraba más cerca de lo que esperaba de aquel terrible lugar y, a menos que lograra encontrar un trabajo o algo al siguiente día, se quedaría sin opciones.
Entre sombras y callejones, avanzó por las calles de aquella pequeña ciudad, las tabernas cercanas al muelle siempre estaban abiertas hasta altas horas de la noche y, si tenía suerte, lograría encontrar una habitación o algo para pasar la noche.
—Suéltame tu, alfa imbécil.
Una omega forcejeaba con un alfa, este la alejaba de la taberna de donde salieron.
No podía dejar que le hiciera algo, pero él estaba casi igual de indefenso que ella. Intentó pensar rápido en algún plan, no se necesitaría mucha fuerza para derribarlo de todas formas, el alfa se veía bastante tambaleante.
La chica lo vio y sus ojos parecían rogarle, así que decidido, se acercó. El alfa solo le sonrió engreído, pero no se dejó amedrentar y tomó su antebrazo con fuerza.
—La señorita pidió que la soltaras.
El alfa solo rio y escupió a sus pies, esa pequeña distracción fue todo lo que necesito para desequilibrarle contra su pierna. La omega noto el plan y también empujo con su hombro libre, soltando su muñeca del alfa y haciendo que callera como plomo al suelo.
La chica tomó su brazo y jaló de él, corriendo dentro de la taberna, el alfa tras ellos enfurecido, pero a paso lento y burdo por el golpe y el alcohol.
Dejó que ella le arrastrara mientras miraba alarmado al alfa acercarse cada vez más recompuesto y enojado, luego miró delante y notó hacia dónde se dirigían. El pánico casi se apodera de él al ver una mesa repleta de alfas y betas, sables en sus caderas junto a pistolas, botas de cuero, pelo largo y desgreñado, barbas igual de descuidadas...eran piratas.
Estuvo a punto de tirar de su brazo en otra dirección cuando uno de ellos les vio y le habló a quién estaba a su lado, este se tensó y junto a él todos a su alrededor tomaron rápidamente sus sables, listos para pelear si era necesario. La chica seguía caminando hacia ellos determinada, casi arrastrándolo hacia lo que su instinto gritaba era un peligro peor que el alfa tras ellos.
—Capitán... -La voz de la omega fue casi un susurro, su mano apretaba la de él con fuerza, la adrenalina recorriendo sus venas a gran velocidad.
El alfa frente a ellos solo asintió y les atrajo hacia él para luego ponerse por delante, los otros piratas estaban con sus manos en los cintos y las pistolas a la espera de la orden.
Quien les perseguía noto donde estaban y se acercó tambaleante, exigiendo que les fuéramos devueltos, que la omega era de su propiedad y que él merecía una paliza por lo que le había hecho.
—Ellos son parte de mi tripulación y si te atreves a ponerles un dedo encima, que los dioses te salven.
Su corazón saltaba y su respiración era ligera mientras observaba todo el lugar a su alrededor, buscando salidas o formas de protegerse, y a la omega, si la pelea comenzaba.
—¿Me amenazas?, solo eres un pirata más -sus palabras eran bruscas y torpes. —Y ahora serás uno menos.
El bullicio de la taberna se volvió casi un susurro, todos a la espera de lo que sucedería.
—No es una amenaza, es una promesa.
Los susurros se volvieron más notorios y el retumbar de su corazón resonaba en sus oídos, la omega junto a él apretó su mano y sonrió suavemente, intentando apaciguarle. Los demás piratas de la mesa se levantaron, todos alrededor de él y la omega, demostrando que protegían a los suyos.
—Nadie me amenaza, pirata, ¿acaso no sabes quién soy?
—Un alfa muerto si no te vas de aquí ahora mismo. -Rio uno de los betas junto a su capitán.
Risitas siguieron el comentario por toda la taberna, lo que quería decir que las palabras de este alfa, de este capitán de un barco pirata, no eran en vano.
—Cómo te atreves...
La mano del alfa se levantó para golpear al beta, pero el capitán se movió más rápido y dejó un corte en su antebrazo antes de que pudiera tocarle, la hoja negra de la daga en su mano ahora cubierta de sangre carmesí.
Otro de los piratas dijo, con voz profunda y glacial. —Nadie se entromete con la tripulación del capitán Aleph.
El nombre fue como una piedra en su estómago. Este era el capitán del The Dragon's Revenge, esta era la embarcación pirata más temida por los reinos, aquella que nadie había sido capaz de detener, aquella que no dejaba testigos de sus hazañas más que leyendas, la que era buscada por corsarios de todos los reinos a un alto precio... y aquella que lo había salvado sin siquiera conocerle.
Y fue desde esa noche dejó de ser un Tomlinson y fue simplemente Louis, uno más de la tripulación de Aleph y el The Dragon's Revenge.
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The Crowned Pirate (L.S)
FanfictionThe dragon's revenge es el navio pirata más renombrado entre los reinos, todos a la espera de capturar a su capitán y así obtener por recompensa el alto precio por su cabeza. Poco se esperaba un buque real encontrarse con este al ir en camino a conc...