The Crowned Pirate (L.S)

Chap. 3 Port

Había una caja frente a Louis, solo una pequeña ranura en su superficie.

—Muy bien, es hora de votar. —Él tomó sus fichas y las mostró como ejemplo. —el círculo para quienes estén de acuerdo con que se quede, el cuadrado para quienes estén en contra. Si el ganador es en contra, pueden dar opciones para su destino. —Su voz se fue apagando conforme terminaba la oración.

Todos tenían las dos fichas en sus manos, algunos las giraban en sus dedos mientras pensaban, otros directamente dejaron caer su ficha en la caja cerrada.

La noche era serena y todos los movimientos parecían hacer un eco en la habitación, incluso el vaivén del barco parecía quedo y tranquilo. No se había hecho una votación como esta desde que se escogió a Louis como capitán, y el peso de escoger parecía colgar sobre las cabezas de cada uno de los presentes.

—¿Todos votaron? —La voz de Louis sonó casi estridente en el silencioso lugar.

Una vez todos asintieron Louis levantó su mano y dejó caer su ficha, el sonido de esta chocando contra las otras pareció resonar en la habitación por un momento.

Dorian se acercó y abrió la caja, contando las fichas una a una frente a todos. La tensión era palpable en el lugar, pero poco a poco se fue disipando conforme la cuenta avanzaba.

De los 87 tripulantes a bordo había 29 cuadrados y 58 círculos.

El príncipe se quedaba.

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—¡Tiren el ancla!

Todos se movían como uno solo, sabiendo qué hacer perfectamente y Harry se encontraba observándolos a todos, sin la más mínima idea de que sucedía más allá de que habían tocado puerto.

—Príncipe. —Una voz fina pero demandante llegó desde sus espaldas, ojos azules tan profundos como el mar conectaron con los suyos al girarse. —Hoy trabajarás junto con el contramaestre, Nathan. —Su mano señaló al beta junto a él.

—Mi nombre es Harry, capitán. —Murmuró, luego de asentir a su orden.

—Harry. —Murmuró él, sus ojos brillosos y una sonrisa conocedora en sus labios. —Bien, Harold, procura hacer las cosas bien, —Sus ojos se oscurecieron. —no quieres enojar piratas cuando tu vida depende de ellos.

Harry tragó el nudo grueso que se había formado en su garganta ante la implícita amenaza y logró tartamudear un "Si, capitán" antes de que todos dejaran el barco.

—Muy bien, nos encargaremos de abastecer el barco para zarpar mañana por la mañana, el cargamento debería estar listo para ordenar a medio día, por ahora bajaremos todo lo innecesario. —Él beta conectó su mirada con la de Harry, casi a la espera de que dijera algo, pero lo único que salió de sus labios fue un "Si, contramaestre" al igual que los demás.

Él y otros 5 piratas se quedaron en el barco, moviendo barriles y cestos vacíos. El sol no era tan impetuoso en puerto, pero, aun así, al mover tantas cosas y hacer fuerza el sudor pronto empapo su camisa, las mangas de esta estaban arremangadas y sus rizos revueltos gracias al viento salvaje del puerto. De más está decir que Harry no estaba acostumbrado a este tipo de trabajos, pero confiaba que sus años entrenando ayudarían con su resistencia.

Nathan trabajó junto a ellos y eso no fue algo que se esperaba, si en un principio solo los observó dando órdenes, pero una vez estuvo satisfecho con la forma de trabajar de Harry, se unió a ellos. La equidad que vivían día a día estos piratas lo asombraba cada vez más, Harry estaba muy acostumbrado a que solo exista alguien al mando y que todos los demás hagan lo que se dice sin quejas ni objeciones.