Capítulo 2: Los Inicios De Un Vigilante

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Narrador Izuku: Han pasado varios días desde que conocí a ese extraño hombre, era alguien peculiar, ciego al igual que yo, pero había algo diferente en él, no estaba seguro de cuáles eran sus verdaderas intenciones, pero... No me importo, lo único que deseaba de él, era aprender a defenderme, del mundo... De los matones... Y de la vida, por eso accedí a ser entrenado por este hombre, pero sus entrenamientos eran rudos, sin piedad, arduos y tortuosos, muchas veces quise tirar la toalla, solo era un niño... Pero a pesar de todo el sufrimiento y el agotamiento, el entrenamiento... Tenían que soportarlo, debía mostrarle al mundo... Que incluso siendo ciego... Llegaría a ser un gran héroe... Pero no sabría en ese entonces... Que este hombre solo estaría de paso en mi vida.

//Lugar desconocido//

Dentro de lo que parecía ser un almacén cerrado y abandonado, en el sótano de algún edificio, el pequeño izuku estaba entrenando con el hombre misterioso que conoció, pero... Era un entrenamiento muy duro.

Izuku: Me está lastimando... -Dijo adolorido-

El pelliverde era sujetado por detrás, siendo inmovilizado por el hombre mayor, quien no tenía compasión y mucho menos una pizca de misericordia a pesar de tener a un niño bajo su entrenamiento.

¿?: Oblígame a parar. -Dijo serio-

Izuku: N-No puedo... -Dijo sin poder moverse-

¿?: Entonces ríndete. -Dijo frio-

Izuku: ¡Los Midoriya jamás nos rendimos! -Declaro molesto-

El maestro soltó a su alumno, lanzándolo devuelta al suelo, y tomo su bastón nuevamente, parándose firmemente frente a su aprendiz.

¿?: Entonces gáname... -Lo reto- Tengo todo el día niño, puedo hacer esto las veces que quieras, pero si no puedes tan siquiera darme un golpe, ¿Cómo esperas poder enfrentarte al mundo? -Dijo cortante-

El peliverde se levanta del suelo, ajustando sus lentes de sol, mostrando su molestia y desagrado hacia el hombre mayor.

Izuku: Eres solo un matón... -Dijo molesto-

¿?: El mundo está lleno de ellos... -Dijo sin importancia- ¿Qué vas hacer tu al respecto? -Dijo retadoramente-

En respuesta, el peliverde se lanzó contra el hombre, lanzando dos ganchos y una patada, pero su maestro los esquivo como si nada.

¿?: ¡Sentí la brisa! -Dijo serio-

Furioso, el peliverde volvió a atacar, lanzando puñetazos y patadas circulares, tratando de impactar un golpe contra su maestro.

Furioso, el peliverde volvió a atacar, lanzando puñetazos y patadas circulares, tratando de impactar un golpe contra su maestro

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Deku, El Héroe Sin MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora