Un chico… uno muy joven golpeaba a una banda de estudiantes universitarios que habían iniciado un acoso a un par de chicas de preparatoria, no parecía tener problemas en el enfrentamiento incluso se le veía contenerse.
Que vista, que escena tan más extraordinaria.
Itadori Yuji tenía un perfil tan encantador y apuesto, aun con esos rasgos de asco y repudio.
El chico peli rosa por fin le dio tregua a la paliza de los universitarios dejándolos en un leve noqueo. Las defendidas lo miraban como si de un héroe se tratase con la preocupación en los ojos se acercaron al notar algunos rasguños mínimos en el rostro varonil y joven.
— Tigre… ¿te encuentras bien? — una de las féminas le pregunto.
Itadori reacciono ante su apodo llevando su mano a la parte inferior de su nuca como símbolo de vergüenza de cómo le había llamado.
— Mi nombre es Yuji… y sí, estoy bien. — finalizo con una sonrisa pequeña sin mirar a las chicas.
— Gracias por defendernos. — la segunda chica hablo, ambas le dieron una sonrisa amplia de agradecimiento junto con una reverencia.
Yuji correspondió sus miradas amables, su mente se ilumino tras un recordatorio y con un vago movimiento de manos se despidió de las chicas tomo sus pertenencias escolares y corrió entre las calles del vecindario. Saltaba algunas jardineras, esquivaba algunos transeúntes, algunos escalones que conectaban a callejones los saltaba con movimientos agiles de parkour incluso se dio tiempo de acariciar rápidamente la cabeza de un gato blanco que dormía en un mural de concreto.
Llegando finalmente a una sección de juegos infantiles ubicado en una zona verde bastante grande y bonita bañada con la luz del sol de mediodía.
— ¡Itadori! — una voz le llamo.
— ¡Tigre!
— ¡Estamos por acá tonto impuntual!
Yuji encontró al pequeño grupo de conocidos en una banca de madera siendo cubiertos por la amplia sombra de un árbol. Se acercó a ellos con una sonrisa incomoda el apodo de “Tigre” le formaba una leve incomodidad, no le orgullecía de nada y ni quiera se identificaba como uno, podría decirse que ni quiera era su animal favorito. Incluso le sorprendía mucho la manera en que se había hecho conocido por ese apodo al grado de llegar a escuelas preparatorias.
Eran sus compañeros de clase que se habían citado en el parque de la zona para descubrir algo impresionante que se limitaba a un tomo de mangas que recién habían sido publicados siendo del gusto de la mayoría de los adolescentes de ese momento. Itadori no era la excepción de hecho había ahorrado dinero para la compra de esos libros pero no logro su objetivo y en cuanto pudo conseguir el restante los tomos habían sido agotados, tenía que ser paciente para el próximo lanzamiento.
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CaZa a Gojō Satorū
FanfictionEl mundo actual contaba con la protección de un hechicero bastante fuerte que incluso logro darle el equilibro que se ignoraba tener, tanta era su fuerza y talento nato que se prohibió así mismo hacer literalmente cualquier cosa esto por el bien de...