09

282 35 13
                                    

El sonido de las olas era relajante podía sentir como su pulso acelerado por la adrenalina disminuía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sonido de las olas era relajante podía sentir como su pulso acelerado por la adrenalina disminuía. No hay que engañarse. No eran aquellas calmadas olas mojar la arena el sonido que lograba tranquilizarle, era algo más físico y de igual cautivador.

Un ojo que parecía brillar como cristales preciosos.

—Gojo-san— pudo formular al fin sin dejar de ver esa mirada de color azul perpetuo.

—Tigre— la sonrisa pudo expandirse mostrando los blancos dientes.

Tras esa palabra las defensas y sana conciencia de Yuji volvieron a activarse. Pataleo con fuerza para bajar, saltando de esos brazos viendo hacia los alrededores estaba temiendo ahora estar en una ilusión o posible sueño.

—¿Qué fue? ¿Qué fue todo eso? — aun viendo las olas llevo ambas manos a sus mejillas pellizcando y jalando con fuerza.

—¿Qué haces?

—Despertar— dijo un poco torpe debido a que jalaba sus mejillas.

—Para, podrías lastimarte— Gojo se atrevió a tocar el rostro y alejar esas manos pero como si de un gato desconfiado se tratara Yuji simplemente le miro con el ceño fruncido alejándose un par de pasos. Gojo suspiro, respetando las acciones del joven, seguía sonriendo esta vez de forma más neutra y juguetona.

—Explícame qué fue todo eso— ordeno con una voz tosca y agresiva quería demostrar que el miedo se había ido de su cuerpo.

Gojo lejos de "intimidarse" dentro de sí mismo solo se retorcía de ternura al ver una faceta así de su chico. Disimulaba muy bien.

—En términos de lógica y sana coherencia... tomando en cuenta tu vida ordinaria— Gojo se mostró analítico y pensativo incluso llevo sus dedos medio y pulgar al rostro apretando suavemente su quijada— Fuiste víctima de un secuestro.

Finalizo con un tono cantarín.

Yuji lejos de asustarse mostro más un rostro de poca paciencia, disgustado. Seguía enfadado por haber sido vilmente engañado y aquella chispa de irritación se encendió cuando aquel ojo expuesto de la venda blanca se movió de un lado a otro y más cuando al finalizar le miro directamente.

Apretó los dientes, su mirada fija en ese rostro sonriente y obligándose a convertir el gusto de verle de nuevo en un resentimiento de engaño se abalanzo. No con las mejores intenciones, iba a golpearlo.

El primer puño fue esquivando, Gojo sintió la brisa de ese puño fuerte llegar a su rostro. Un segundo golpe formulado pero volvió a ser esquivado, pronto una serie de golpes iban al adulto albino que esquivaba sin mucho esfuerzo.

Yuji tenía un plan.

Fingía dar golpes al propósito para que el hombre no tuviera otra opción más que retroceder ya que detrás de él había una pequeña colina de rocas lo arrastraría hasta allí para que cayera. Nada grave tal vez solo era un metro de altura.

CaZa a Gojō SatorūDonde viven las historias. Descúbrelo ahora