02

847 86 19
                                    

— No voy a esperarte para cenar ¿entendiste? — la voz desgastada y furiosa de su abuelo se escuchó en algún punto de la casa mientras que Yuji ataba ágilmente los cordones de sus zapatillas deportivas— así que más te vale regresar temprano, mocoso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— No voy a esperarte para cenar ¿entendiste? — la voz desgastada y furiosa de su abuelo se escuchó en algún punto de la casa mientras que Yuji ataba ágilmente los cordones de sus zapatillas deportivas— así que más te vale regresar temprano, mocoso.

Yuji giro su rostro hacia su casa imaginando el rostro refunfuñante de su abuelo y sin importarle la comida pero sin dejar a un lado la preocupación del anciano anuncio su salida. Corrió en tiempo record algunas cuadras de su zona, esquivando algunos transeúntes, había regresado a casa solo para dejar su estorbosa mochila y hacer menos evidente su futuro delito.

Había conseguido dinero gracias a unos favores que realizo a unos ancianos pesqueros ya que había empujado el bote junto con ellos hacia la orilla de la laguna los ancianos sorprendidos por su fuerza le habían dado algunos yenes e Itadori pensó en alguna forma de hacer un poco más de dinero ya que sus ahorros para el tomo original de su shonen favorito estaba por ser lanzado a la venta.

— ¡Bien aquí es! — sonrió alegremente al ver la entrada del casino Maji Vegas. Retiro de su cuerpo la chaqueta del instituto escondiéndola entre algunos arbustos, las mangas de su prenda extra las doblo hasta los codos y peino su rosada cabellera hacia arriba dándole otra apariencia más adulta con naturalidad y confianza camino hacia el lugar e inicio con simples y pequeños juegos obteniendo el doble de su inversión hasta que poco a poco aposto en el juego de cartas obteniendo más créditos.

Salió del casino con una sonrisa juguetona, había logrado juntar poco más de la mitad de su meta planeaba regresar en la semana apostando mínimas cantidades y así no arriesgarse a perder todas sus ganancias, camino hacia los arbustos encontrando su prenda escolar guardo su dinero en algún bolsillo de su pantalón y mientras estiraba sus brazos al colocarse la prenda su mirada apunto al cielo oscuro haciendo evidente el mucho tiempo que paso dentro del casino, sonrió con preocupación. Definitivamente el anciano le daría un par de golpes y regaños por tardar demasiado.

Mío.

Giro en dirección hacia atrás donde había salido un extraño murmuro, el camino de la banqueta era iluminado por algunas farolas de luz blanca una de esas luces parpadeaba repentinamente observo como un hombre con ropas oscuras surgía de la oscuridad siendo ahora iluminado por la luz artificial que se acercaba a su misma dirección lentamente mostrando una pequeña sonrisa. Yuji noto de inmediato la venda blanca alrededor de sus ojos llegando a la conclusión de que era ciego.

— Ya te dije que no— escucho del otro lado de la esquina el peli rosa haciéndolo olvidar aquel hombre y mirando ahora a cuatro hombres que giraban la esquina caminando en dirección contraria— tomamos demasiado, me niego a conducir.

Los hombres pasaron por un lado del menor haciendo caso omiso a su existencia, los cuatro emanaban tanto alcohol que incluso se le hizo repugnante al chico que los había olido en esa pequeña cercanía.

CaZa a Gojō SatorūDonde viven las historias. Descúbrelo ahora