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Registro: Agosto 2006

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Registro: Agosto 2006.

Norte de Tokio, Escuela Preparatoria de Jujutsu. Aparece una entidad no identificada justo en medio del evento de convivencia.

10 horas antes.

No importa lo que digan los demás de él.

No importa que tenga una maldición milenaria como segunda alma.

No importa si su existencia rompe las reglas del Jujutsu después de todo las reglas se hicieron para romperse.

La haré fuerte, tanto que ni siquiera yo pueda vencerle

Un disturbio de emociones inexpresivas enjauladas como aves ansiando libertad en los cielos siguiendo luz de sol hasta tomar el camino de algún punto cardinal.

Suspiros y ruidos de sueño placentero emitidos por Itadori recargado en el pupitre escolar usando sus propios brazos como almohada. A un lado sin sobrepasar el metro de distancia estaba Gojo Satoru atento e hipnotizado ante la figura masculina frente a el, no siempre tenía la oportunidad de llevarse esa imagen de paz e inconciencia de Itadori y era una más para su propia colección. Ya era bien sabido que se había vuelto todo un fanático de closet por el joven estudiante siempre tratando de disimular su descontrolado cariño y casi obsesión disfrazándose con esa fachada de indiferencia.

Gojo, estando de lado miraba el más mínimo gesto pacifico, la respiración suave y ese sonido único de los labios mojados cada que se acomodaba en sus propios brazos.

Nunca creyó la cantidad de suspiros que le serian arrebatados con tan solo mirarlo dormir. La mejor vista en todo el jujutsu se enfocaba en una sola persona, un alma humana funcionada con una asquerosa maldición.

Chasqueo la lengua al mirar la repugnancia del Rey de las maldiciones contaminando a Yuji, era similar a una mancha de color café embarrada en un lienzo blanco perfecto.
Sus ojos se enfocaron de nuevo en ese medio rostro a la vista y de nuevo una sensación de acariciar le invadió, el culpable en si era el mismo Itadori pero el inicio de su deseo por tocar eran esas marcas bajo sus ojos.

No eran ojeras debido a la forma y color además de que se encontraban lejos de normalmente salían estas por falta de sueño.

Cicatrices tal vez pero tenían una forma muy delineada y perfecta, no son heridas cerradas, demasiado perfecto para ser provocadas por alguien.

¿Lunares? Está seguro de que no puede haber semejante pigmento de piel tan perfecto.

¿Alguna marca especial de su familia? Como un símbolo de clan tal vez.

No sabe.

No sabe exactamente qué es pero ahora mismo puede averiguarlo ¿y por qué solo conformarse con la información de sus ojos?

CaZa a Gojō SatorūDonde viven las historias. Descúbrelo ahora