El abrazo de la sombra

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El abrazo de la sombra

Muy bien sabes que es común que la luz sobre los objetos proyecte una sombra, que toda materia al ser iluminada tenga una forma clara y detallada que la sombra no puede replicar pero imita tan bien como le es posible.

También sabes muy bien que tus propias emociones pueden engañarte cuando la oscuridad obstruye tu vista, tu mente no piensa en lo que viste cuando algo era iluminado, sino en lo que podría ser ahora que no lo está.

Cuando te preparas para dormir, sabes que todo lo que hay a tu alrededor ha sido alcanzado por la oscuridad, excepto por esta misma habitación, la luz artificial te ha permitido hacer algunas actividades para las que requerías ver, quizás alguna tarea, o tan solo leer, comer algo para la cena y lavar tus dientes, ponerte la pijama y acomodar tu cama, entonces llega aquel instante que no puedes dejar pasar más tiempo, así que caminas hasta la pared, con un pie adelante que apuntas hacia la cama, inclinas la cabeza y bajas el pecho, con un clic pasa tu alrededor de la luz a las tinieblas y tú corres a la seguridad de tu cama, dónde una vez que te tapas con la cobija puedes pensar en mil cosas que te llevan a solo una: es hora de dormir y lo que hay más allá de tus párpados no existe.

Pero ¿Qué es lo que te hace correr en ese instante en el que distingues el color de tu cama y de pronto ya no? Ese momento en el que todo detalle que tus ojos pueden procesar desaparecen para ser suplantado por la indefinición.

Tu cuerpo lo sabe muy bien, tu subconsciente lo tiene muy claro, aunque tu mente no lo pueda asegurar, y es que el escalofrío que te recorre la espina dorsal aunque pudiera parecer un engaño, no lo es en realidad, la sombra siempre está ahí, acechando, justo a tu espalda cuando la oscuridad te rodea, justo en el rabillo de tu ojo cuando al voltear notas algo que al mirar bien no está, jamás podrás tocarlo si él no lo desea y aunque sientas su presencia nunca lo podrás notar, pues la sombra es por sí misma el mero abismo de todo espacio sin luz, por eso sabes que debes correr y por eso la sombra te observa cuando crees que lo ves y sientes que no ves nada, mira en lo más profundo de ti, lo que pasa por tu cabeza, lo que piensas cuando por una milésima de segundo te preguntas ¿Cómo es lo que hay ahí donde no puedo mirar? Porque es algo que simplemente te puede asustar.

Así se crea un buen susto ¿Tiene manos huesudas y ojos rojos, o se trata de algo peludo y a la vez viscoso? Quizás sea algo muy arrugado y lleno de verrugas, o tal vez tenga la sonrisa más siniestra y peligrosa con dientes que te arrancarían la cabeza de una mordida, podría ser algo que te robe aquello que más te haga feliz, pero siempre será eso a lo que más miedo le tengas, sabes de todo lo que puede estar resguardando en la oscuridad y la sombra simplemente lo puede anotar.

Entonces tenerle miedo a la sombra es lo más normal, y es que aunque no sepas de su existencia él igual siempre ahí está, y siempre que esté cerca le vas a temer, aunque no sepas lo que es, y él así fácilmente se puede alimentar, y por supuesto así mismo va a trabajar ¿No merece ser el rey? Si siempre le tendrán miedo por ley.

En algunas ocasiones, hay quiénes no tienen a la sombra como un simple miedo, sino como el mayor terror que puedan conocer, a esas pobres personas, cuántas veces no habrán las luces de encender.

Una cosa que tienes que tener muy clara, es que no puedes desafiar a la naturaleza ¿Pues que pasaría si no dejas que tus instintos te guíen a un lugar seguro? Quizás entonces la sombra note en primer lugar que lo estás desafiando, y en ese caso tu situación depende de la suerte y del estado de ánimo de la sombra, si consigues calmar ese miedo primigenio, entonces la poca luz que pueda haber de la ventana quizás, te permitirá volver a distinguir los contornos de las cosas y recordar cómo son, pero si tu miedo aumenta ante la sombra, entonces todo se pondrá más oscuro cada vez y sólo abismo es lo que podrás ver, no existirá nada más que la sombra ante ti, y si entonces, consigues distinguir sus ojos sabrás que estás perdido.

Si por alguna inusual razón de pronto te sintieras valiente y trataras de tocar a la sombra, podrías pasar bajo su vista mil veces pero nunca vas a encontrarlo, porque aunque no lo sientas él ya te está abrazando y es en este punto en el que no sabes que pasará, si logras tocar algo de tu habitación, puedes suspirar de alivio, pues quiere decir que te dejó escapar, pero si de pronto, ante ti no puedes tocar nada, por más que busques y busques con tus manos, quiere decir que la suerte no estuvo de tu lado, la sombra a decidido no soltarte y eso significa que nunca más podrás distinguir la luz a través de tus ojos, ese pánico que te ataca al saberte perdido será el alimento del que la sombra más disfruta.

¿Qué se sabe de la sombra entonces? Bueno, dicen que alguna vez se sintió atraído por una bella princesa de los sueños, pero cada sueño que la sombra tocaba se volvía una pesadilla, cosa que a la bella princesa disgustaba, especialmente por su hijo, que alguna vez fue humano, pero la sombra al final los abrazó a ambos y aunque la vida con el miedo como alimento al final pudiera ser disfrutado, y que ellos mismos se vieran en su esencia modificados como animales nocturnos completamente emplumados. Aunque el abrazo de la sombra los podría haber hecho parecer inhumanos, en lo más profundo de su corazón se acurruca una nobleza que vuelve un caso perdido a todo intento de alteración de sus convicciones, por más que cambien ¿No los vuelve esto algo más humanos?

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