1. INESPERADO.

555 50 9
                                    


El pergamino estaba extendido sobre la mesa y sobre sus esquinas había libros que le impedían ocultar aquel mapa que con mucho esfuerzo el gran historiador Lee había trazado. El joven vampiro se inclinó un poco más sobre el papel sin ser capaz de contener su admiración.

—Kailash —susurró.

En sus ilusionados ojos marrones cobró vida un destello rojizo, sobre sus labios se dibujó una sonrisa y algunos hoyuelos se pronunciaron en sus mejillas.

Sus dedos acariciaron la tinta y delinearon los contornos de la montaña. Para Yixing, no existía algo más fascinante que la geografía y la historia. Su habitación estaba llena de manuscritos y pergaminos con información, lamentablemente desactualizada, de todo el mundo.

—Pronto iré por ti —murmuró.

Esa sería la primera estación en su ambiciosa expedición. Todo estaba listo, en algunos días podría partir a tierras extranjeras y ver con sus propios ojos todo aquello que los antiguos habían descrito con ágiles trazos de tinta negra.

—¿Con quién hablas?

La voz a sus espaldas borró su sonrisa.

—¿Es demasiado pedir que uses la puerta? —Yixing gruñó, sin despegar sus dedos del pergamino.

—Sí.

Yixing hizo rodar sus ojos y volvió la vista al mapa. No estaba para las sandeces de su mejor amigo.

—¿De verdad quieres irte? —el recién llegado preguntó, luego de bajarse de la ventana—. Aún estás a tiempo de unirte a los hombres del rey.

Yixing no lo miró y tampoco tomó la hoja que su amigo le ofrecía. Sabía que era una hoja de inscripción.

—No me interesa ser un soldado, Luhan.

Yixing dijo, sin perder la paciencia; aunque lo había dejado claro suficientes veces.

—Dicen que el príncipe, en persona, elegirá a los soldados que cumplan con los requisitos.

—¿Y? —Yixing murmuró desinteresadamente, sin siquiera darle una pequeña mirada.

Luhan se cruzó de brazos y suspiró.

—¿Cómo que "y"? —protestó, apoyando sus manos en el centro del pergamino, aunque sabía lo mucho que a Yixing le molestaba que alguien tocara sus sagrados mapas—. Cuando el príncipe note nuestra habilidad, querrá unirnos a la guardia real.

—Es tu sueño, no el mío —Yixing replicó, apartando las manos de Luhan del pergamino.

Luhan tomó aire, iba a protestar de nuevo, tenía mil razones en su argumento, pero alguien tocó a la puerta de la habitación.

—Hijo, Luhan —los saludó el anciano.

—Papá.

—Señor, Zhang —Luhan lo saludó con una inclinación.

—¿Cómo está tu madre? —Zhang Hua preguntó con amabilidad.

—Ella está bien —Luhan dijo y el anciano asintió.

—Le envío saludos, dile que venga, a mi esposa le hará falta un poco de compañía.

Luhan lo miró sin comprender, Yixing lo miró de igual manera.

—Hijo, el rey necesita de mis servicios.

—¿¡El rey!? —los dos jóvenes vampiros exclamaron con asombro.

—Así es —Zhang Hua afirmó. Él había estado igual de sorprendido cuando una carta firmada por el mismísimo rey había llegado a sus manos, a través de un soldado de la fortaleza—. Hijo, quisiera que me acompañaras. El viaje es largo y ya no soy tan joven.

3. MASK [Sulay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora