15. EPÍLOGO.

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Yixing  miró las estrellas a través de los barrotes de su celda y se preguntó en cuál de todas aquellas vivirían sus padres.

De alguna manera, se sentía como haber regresado al inicio de todo.

El sonido de las olas golpeando contra las rocas le sonsacó una sonrisa.

Aunque esta vez era diferente. Yixing ya no era un joven condenado que ansiaba la hora de su muerte, muy por el contrario, en ese momento estaba más vivo y más fuerte que nunca.

La brisa marina trajo algunas gotas de agua salada a su celda. 

Yixing  observó la humedad que había aterrizado en su antebrazo y recordó la última vez que los dedos de Junmyeon acariciaron su piel desnuda, horas antes de invadir la fortaleza. Su cabeza se llenó con vívidos recuerdos que calentaron su piel y lo fortalecieron.

Qué bien se había sentido romper todas aquellas promesas que se había hecho a sí mismo, para entregarse libremente a los deseos de su corazón. 

Pronto, mi amor —murmuró y dejó que el viento llevara su voz al agua para que Junmyeon pudiera escucharlo en donde estuviera.

Pronto se reencontraría con su arkid, y nunca se había sentido tan ansioso por verlo.

De repente, su celda fue abierta por uno de los guardias de cuello amarillo que protegían la prisión de los Byun. El alto vampiro entró en su estrecha celda y su silueta empezó a estremecerse. Al cabo de una rápida metamorfosis, el guardia había desaparecido y en su lugar se encontraba una hermosa vampiresa de largos rizos dorados que le regaló una nerviosa sonrisa.

—Es hora —ella dijo con su musical voz y se quitó la gran capa negra que llevaba puesta. Se descolgó del hombro un arco y un carcaj lleno de flechas y se los ofreció a Yixing. 




* * *


¡Gracias por haber leído hasta aquí! Recuerden que esta historia continuará en "Kingdoms".

3. MASK [Sulay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora