Capítulo 32

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-Vaya...- La saludó atrayéndola hacia él por las caderas, su trasero desnudo siendo apreciado por completo por sus brillantes ojos azules, su mente olvidándose por completo de sus artículos en el bolsillo.

-Castle, no te hagas ideas.- Kate juguetonamente lo abofeteó, pero él persistió, ignorando su débil defensa y girándola para mirarlo.

Castle la sujetó por la cintura aún ignorando su inútil lucha por escapar de él mientras jugueteaba con sus labios, cuello y hombro, incapaz de contener su propia risa cuando Kate intentaba hacerle cosquillas.

-Voy a hablar con Alexis sobre mi padre hoy.- Dijo entre besos por el lado de su cuello.

-Bien.- Dejó de luchar porque decidió que no podía ganarle físicamente y porque le gustaba cómo se sentían sus besos en su piel. Sostuvo sus bíceps para mantener el equilibrio, pensando en lo grandes que eran. Detuvo sus demostraciones de afecto y se puso de pie, mirando por encima de su rostro, sus ojos color avellana encontrando los suyos. 

-¿Dónde está mi bikini?- ella inquirió.

-Ummm... oh...- Levantó una mano, apuntando con el dedo índice. Apareció una sonrisa descarada. Castle la dejó ir y caminó hacia el dormitorio donde recogió las dos piezas de su bikini de al lado de la cama sin hacer que literalmente habían separado. El edredón todavía estaba en el suelo. Lo recogió y lo dejó caer sobre la cama sin preocuparse particularmente de que la cama estuviera hecha. Lo habían hecho, y eso era todo lo que importaba según su escala de disfrute de la vida. Recordó con cariño lo divertido que se había divertido esa misma mañana quitando estas dos finas piezas de tela, más comúnmente conocidas como bikini, del cuerpo de Kate para hacerle el amor. Una sesión improvisada que había derribado algunos objetos de la mesa de noche.

Los colgó de su dedo volviendo a Kate en el baño todavía con su sonrisa. Ella sonrió en respuesta, recordando también esa mañana, y se los arrebató antes de que él tuviera la oportunidad de apartarlos de ella. Castle había sido un verdadero desviado con ella esa mañana.

-El bikini no te ofreció mucha protección contra mi ataque a tus cosas esta mañana.-

-Me di cuenta de.- Kate murmuró. -Pero me gustó.-Se dio la vuelta para que él pudiera atar primero el bikini alrededor de su cuello. Luego ajustó los triángulos sobre sus senos usando el espejo frente a ella, luego le pidió que le atara la correa en la espalda.

Rick gruñó en respuesta incapaz de contener la sonrisa. Él besó su hombro derecho. -Fue divertido, detective.- Se acercó a ella por detrás mirando por encima de su cabeza a sus reflejos en el espejo.

-Estoy segura, chico escritor.- Kate respondió mirándolo a los ojos a través del reflejo.

-Tengo el anillo de tu madre y tu reloj en mi bolsillo. Mamá los trajo con ella.- Retiró su cabello de su hombro izquierdo colocando sus labios en la parte posterior de su cuello por un momento.

-¿Podrías conservarlos, por favor? No los quiero de vuelta todavía.-

-OK.- Respondió. -¿Quieres que te ayude con la parte de las bragas?- Pidió y sus manos volvieran a posarse en ella cariñosamente envolviéndolas en sus caderas y descansando con las palmas planas contra la barriga. Apoyó la barbilla en su hombro y la miró a través del espejo.

-No gracias.- Miró hacia abajo sintiendo una mano moviéndose hacia su ingle, regañando físicamente. -¿Esto va a parar alguna vez?- inquirió, dejando que él la atrajera hacia sus caderas.

-¿Quieres que se detenga?- Preguntó seriamente, deteniendo su movimiento y mirándola cuando ella se giró para mirarlo de nuevo, sus manos permanecieron sobre ella.

Después de 4x23 Siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora