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Kara
Mi cuerpo ya debería estar acostumbrado al dolor pero no es así. Hace unos minutos Lena estaba en mi habitación. Abrir mis ojos y verla tan cerca me puso nerviosa. Por qué me observaba de esa manera? Seguro lastima o quizás se sentia culpable. Pero que mierda estoy pensando? Es imposible que una persona como ella tenga sentimientos de cualquier tipo.
Un hombre de edad avanzada entra en mi habitación. Recojo las piernas por impulso mecánico. Me he vuelto demasiado desconfiada de todas las personas.
-Soy el Doctor O'Brien. Mantente tranquila. Voy a revisar tus heridas- se acerca a mi cauteloso. Parece percibir mi temor- No voy a dañarte.
Mi voluntad al fin cede y permito que revise mis muñecas. Su tacto en ellas hace que haga una mueca de dolor.
-Tranquila- toma mi hombro y trata de voltearme despacio- Déjame ver tu espalda.
Obedezco, levantando con dificultad la tela que se ha pegado a la sangre seca.
-Auuu- me quejo cuando sus dedos rozan la zona.
-Tranquila. Esto va a ser bastante doloroso pero debo desinfectar las heridas y volver a suturar las muñecas- De nuevo dolor? cuánto mas podré soportar sin morir?
Escucho el sonido de un objeto moviéndose. Después siento un liquido derramarse sobre mi espalda.
- Ay Dios!! Duele mucho!!- una lagrima resbala por mi mejilla y aprieto los ojos con fuerza.
-Se le paga para que haga bien su maldito trabajo! - la voz de Lena me toma por sorpresa obligandome a mirarla. Hace cuánto está ahí en la puerta?
-lo..lo siento- el médico titubea. Por qué todos le tienen tanto miedo a esta mujer?- Voy hacerlo otra vez, más despacio.
Volteo el rostro de nuevo. Muerdo mi labio cuando siento el liquido arder de nuevo en mi piel y vuelvo apretar los ojos con fuerza. No quiero quejarme porque al fin y al cabo el médico no tiene culpa de nada y esa mujer es capaz de dañarlo.
- Aún te duele, verdad?- la voz de Lena me saca un respingo. Abro los ojos. Ella está justo a mi lado. Cómo llegó tan rápido? Me observa arqueando una ceja.
-Estoy bien- le digo tratando de aislar el dolor en mi voz.
-Como digas- le da una mirada asesina al médico. Qué le pasa? Desde cuando le preocupa tanto si siento dolor o no?
Se marcha de nuevo al lugar donde estaba. Esto es cada vez más extraño. Su comportamiento no es el mismo que la última vez. Olvido por un momento el ardor en mi espalda cuando recuerdo lo de hace un rato. Su mirada en mí cuando desperté. Recordar sus ojos verdes enmarcados con grandes pestañas hacen que mi corazón corra como un loco en este momento y saber que esta a unos pasos de mi no ayuda mucho.
-Necesito que se quite totalmente la blusa - Qué? - es difícil trabajar con ella puesta- la voz del médico hace que mis mejillas ardan cuando recuerdo que no llevo brasier.
Miro en dirección a Lena. Acaso no piensa moverse de ahí?
-Me la quitaré sólo si esta tipa se va- digo apretando la quijada.
-No hay nada que no haya visto antes- su voz gutural vuelve a poner mi rostro rojo como un tomate. Qué tipo de comentario es ése?
Le doy una mirada asesina. Me sonríe de lado y sale de la habitación. Es una mujer muy atractiva, creo que no lo había notado antes.
-Señora- la voz del doctor me vuelve a la realidad y me doy cuenta que al parecer llevo varios minutos observando a la puerta.
- Lo siento- me quito la blusa y la dejo a un lado de la cama. El doctor hace lo suyo, curando tambien algunas heridas alrededor de los hombros. Parece un hombre amable. Ver su cabello canoso me lleva a pensar en como se vería mi padre en este momento y una vieja herida en el corazón vuelve abrirse. El sonido de los disparos. El incendio en mi hogar, todo cae en mi cabeza como cascada. Las lágrimas descienden por mis mejillas sin hacer el mas mínimo esfuerzo.
