johnny house

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¡Mañana gran fiesta de Halloween, invitados todos los alumnos al gimnasio de la escuela con sus mejores disfraces, buena música, comida y bebestibles!

- ¿Irás?

- No se, no tengo disfraz

- Vamos Daniel, no seas aguafiestas! Hoy saldremos y mañana espero verte con un disfraz genial, quiero subirte el ánimo

Daniel y Ali salieron de la escuela rumbo a sus casas, hoy irían a los juegos y hablarían la situación de Johnny, Daniel necesitaba aclararle las cosas a su amiga. LaRusso salió en busca de su bicicleta y miró a los chicos cobras que se preparaban para salir hacia el dojo.

- Tengo que ir a dejarle unos apuntes a LaRusso, ya saben, trabajo de ciencias, es lo único que me pidió, necesito ese 10.

Los chicos entendieron su situación y dejaron a Lawrence a solas con el moreno.

- Ey hombre, ¿como va tu ansiedad?

- Johnny, hola, bien, estoy mucho mejor, gracias por preguntar

- Te traje lo que pediste de la investigación, espero que sirva, y si no, me avisas y sigo buscando, en mi casa hay muchos libros de ciencias

- En serio?, y pensar que debo ir a la biblioteca todos los días en busca de lo mismo- Daniel río vagamente

Johnny lo pensó, quizás se equivocaría en lo que iba a decir pero lo hizo, la vida es una, ¿no?.

- ¿Quieres ir a mi casa?, digo, cuando tengas tiempo, mi padrastro tiene bastantes libros que podrían ayudar

A Daniel se le iluminaron los ojos, se imaginaba siendo presentado a los padres del rubio, se imaginaba su boda, sus hijos, ya estaba a punto de preguntarle a Johnny cuál apellido le pondrían primero.

- Si, me encantaría

- ¿Puedes hoy?, no iré al dojo, día de descanso del mejor de la clase, beneficios- dijo Lawrence moviendo sus cejas de arriba a abajo.

- Si claro!

- ¿Te llevo en mi auto?

- No, Johnny no es necesario, iré en mi bicicleta

- ¿Y si dejamos tu bicicleta en tu casa y volvemos a mi casa en auto?

Daniel sentía que ya estaban haciendo planes como una pareja feliz, y si así sería una vida con el rubio, ¿donde estaba el contrato para tenerlo de por vida?

LaRusso movió la cabeza en señal de aprobación, ¿la vida es una no?, dejaron la bicicleta en el asiento trasero del vehículo rojo, y Daniel se puso el cinturón del copiloto.

No todo sería color de rosas, por qué Lawrence tenía que cuidar su imagen, tomó el techo del descapotable y lo echo para delante, claramente no quería que los vieran juntos. Daniel lanzó una mirada extraña, pero a la vez pensó en que ese era Johnny, el Johnny del cual se había enamorado.

Daniel luego de analizar lo que había echo Johnny tomó la idea de que si quería salir con el rubio, tendría que aguantar la reserva que tendría la relación, quizás esta sería tan reservada, que solo sabrían de ella los que la conforman.

Johnny encendió la radio, empieza a sonar "Don't stop believin' " de Journey, ambos se miran, sonríen y empiezan a cantar. Just a small town girl, vamos Lawrence!, Livin' in a lonely world!!!, She took the midnight train goin' anywhere!!.

- Just a city boy!!

-Born and raised in South Detroit!

Dios no podían creer que esos diez minutos desde la casa de Daniel a la casa de Johnny habían sido los mejores diez minutos que Daniel había tenido desde que había llegado a Los Ángeles.

-Bueno LaRusso, esta es mi casa, bueno, más que nada, es del esposo de mi madre.

- Dios mío, ¡¿tú padrastro es traficante o que hace?!

Lawrence se rió, quizás la convivencia con LaRusso no era tan desagradable como pensaba.

- Y esta es la biblioteca - el rubio abrió una puerta que daba al paraíso de cualquier lector, Daniel no era fan de la lectura, pero hasta él se había emocionado.

- Dios esto es magnífico, me imagino que pasas mucho tiempo aquí, ¿no?- dijo Daniel sarcásticamente.

- Chistosito LaRusso, chistosito

Johnny cerró la puerta, y esta, bueno, esta es mi habitación.

Daniel entró, era más grande que el apartamento donde vivía con su madre, tenía muebles tallados, televisión, teléfono, radio, walkie-talkie, simplemente era una fantasía, deseaba que su mamá encontrara un esposo millonario como la señora Lawrence para vivir así.

Johnny le acercó una silla a Daniel para empezar a leer los libros que había seleccionado para la investigación.

- ¿Tienes hambre?, ¿quieres algo?

- Un vaso de agua sería genial

Luego de un minuto Lawrence llegó con agua, galletas y jugo, necesitaban energía para lo que se venía.

Luego de estar una hora y media leyendo, quedaron rendidos, se comieron todas las galletas y no quedó ninguna gota de jugo.

- ¿Te gusta tener un padrastro?

Lawrence no sabía cómo responder esa pregunta, los únicos que sabían sobre su relación con su padrastro eran los chicos y Ali.

- Si quieres que sea sincero, es lo peor del mundo, o quizás me tocó el peor padrastro del mundo, no estoy seguro.

Daniel no dijo nada, pero siguió mirándolo con cara de, quiero saberlo todo.

- Me odia, según mi mamá, el la quiere, yo no estoy seguro, la ha golpeado, humillado, miles de veces, para mi el no es nada, es más, quiero mucho más al sensei Kreese que a cualquier otro hombre.

- ¿Conociste a tu papá?

- No mucho que digamos, pero no nos pongamos nenitas LaRusso, podemos hablar de algo más entretenido, no lo sé.

- Yo tampoco conocí mucho al mío, así que de alguna manera te entiendo, no es fácil- Daniel puso su mano en la de Johnny y lo miró a los ojos, Lawrence, acercó un poco más su rostro al de Daniel y empastó sus labios a los del moreno. LaRusso siguió con el beso, había esperado meses este momento.

- ¿Qué mierda LaRusso?, ¿Eres gay?

- ¿Qué mierda te pasa a ti Johnny Lawrence?, Me besas y al rato me tratas como una basura, ¡vete al carajo!

Daniel tomó sus apuntes, lápices y mochila, salió de la habitación de Lawrence rápidamente, pero el rubio lo tomó del brazo.

- ¡Daniel, espera!

El moreno paró en seco, ¿Johnny Lawrence le había dicho Daniel?, desde que se conocieron no fue más que flaquito, moscomuerto, LaRusso y hasta perrita.

- Lo siento, no quería hablarte así, pero estoy confundido, hace sólo unos meses pensaba en Ali, en chicas desnudas y ahora, ahora solo puedo pensar en ti, en tus ojos marrones, en esos labios, en tus piernas delgadas, en tu rostro moreno, ahora solo puedo pensar en ti Daniel LaRusso.

Daniel se acercó al chico alto y lo empezó a besar, Johnny para que dentro de su casa no se dieran cuenta lo que pasaba, entró a la biblioteca con Daniel afirmado en su cuello, lo acorraló con su cuerpo, depositando besos en el cuello del más bajito. Lawrence sentía que estaba protagonizando
uno de sus sueños indecorosos con el morocho.

A Daniel no le importaba si esta vez a su cita con Ali llegaba un poco atrasado, esta era una razón válida para pasarla por alto.

don't you forget about me // lawrusso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora