don't you forget about me // lawrusso

hbd daniel!

Daniel pasó el fin de semana con Johnny haciendo todo lo que las parejas hacen. Ambos se sentían tan enamorados que ya esperaban que fuera miércoles y verse fuera del colegio para celebrar el cumpleaños de Daniel.

Ninguno sabía cómo sería su relación en el colegio, sabían que debían esconderlo. Pero ¿que pasaría cuando las ganas incontrolables de Daniel de besar a Lawrence se hicieran presentes?, o lo más probable, ¿que pasaría cuando alguien quisiera sobrepasarse con Daniel?, Johnny explotaría ahí mismo.

- ¡Ey chicos, debo dejarle estos apuntes a LaRusso, los alcanzaré luego!

- Hola Johnny, ¿ya me extrañabas?

- Claro que si cariño, ¿vamos a las duchas?

Daniel entró a las duchas seguido de Johnny quien cerró la puerta con seguro y se abalanzó hacia el moreno.

- Parece que no será tan difícil ocultar lo nuestro aquí, tenemos todos los argumentos para juntarnos y que nadie sospeche

Johnny no le dijo nada, él seguía ocupado dándole besos a Daniel en el cuello, y dejándole algunas otras marcas por las clavículas. LaRusso quería estar en iguales condiciones y apegando a Lawrence en la pared le dejó unos moretones en el cuello.

- Ahora también eres mío

Johnny sonrió, y besó a Daniel en la boca, luego de varios minutos se soltaron y empezaron a hablar.

-No sabes cuanto te quiero Daniel

- Yo también te quiero Johnny

- Estaba pensando en el torneo, y creo que si llegamos a la final, debes ser tú quien gane.

- No creo que eso pase Johnny, es difícil, y creo que deberías ganar tu, te lo mereces más que yo.

- Pero no es imposible, así que tú debes ganar cariño, debes hacerlo para que los chicos y el sensei Kresse cumplan su promesa. Se que estoy traicionando a mi dojo, pero que tú estés bien es mi prioridad.

Johnny abrazó a Daniel y le dió un beso en la frente. Salieron de las duchas sigilosamente, Lawrence se fue en su auto y LaRusso en su bicicleta. Había pasado un minuto y ya se extrañaban.

- Bueno, hoy está de cumpleaños nuestro compañero, ¡Daniel LaRusso!, ya saben lo deben hacer, enviarle una carta con bonitos deseos o lo que sienten por su compañero, solo cosas positivas.

Lawrence aprovechó a que todos estaban concentrados haciendo sus cartas para pasársela a Ali, sin antes, escribir una postdata, ya que el rubio la había echo el día anterior. Ali le entregó las dos cartas a Daniel.

De: Ali Mills
Para: El mejor amigo del mundo ♡

De: Johnny
Para: Daniel

Daniel leyó la carta de Ali y le sonrió, le envío un papelito diciéndole que la quería con demasía y la esperaba ver en su cumpleaños hoy en la tarde (cosa que el no sabía, claramente). Con las manos sudadas abrió el sobre de la carta de Johnny y comenzó a leer.

"Estimado Daniel,

Por si no te diste cuenta tuve que hacer esta carta un día antes por motivos de fuerza mayor. Realmente no soy bueno para escribir o demostrar mis sentimientos, pero trataré de hacer lo mejor para ti. Eres la persona más maravillosa que he conocido en mi vida, y nunca podré agradecerte lo suficiente por todas las cosas geniales que has echo en mi, desde que ahora estudio ciencias, hasta que soy feliz de solo mirar tu sonrisa. Espero que podamos disfrutar de tu cumpleaños junto a tu mamá, Ali, Bobby Brown, el innombrable y el señor Miyagi, espero que te guste mi regalo también, se despide con un Te amo,

Johnny Lawrence.

Postdata de hice ahora: te ves muy guapo con esa camisa, y esos pantalones, ni te digo! ♡

Daniel sonrió y miro coquetamente a Johnny, escribió algo en un papel y nuevamente se lo entregó a Ali, quien lo escondió dentro de una goma y se lo pasó a Johnny.

"Gracias por la carta cariño, tú sí que eres la persona más increíble que he conocido en mi vida, te amo. Y postdata, te vez muy guapo con esos jeans y con la chaqueta roja de tu dojo, aunque estoy seguro que te vez mejor sin nada de ello, se despide atentamente Daniel, ♡"

A Johnny se le enrojeció el rostro y le rió a Daniel bajito, sabía que ese pequeño era mucho más pervertido que el. Y eso le gustaba.

Daniel llegó a la casa del señor Miyagi en donde este le tenía un pastel, globos y gorros de cumpleaños.

- ¡Por fin soy legal señor Miyagi!, Daniel sacó su billetera en busca de la licencia de conducir que había logrado obtener, cayendo así la polaroid de él junto con Johnny acostados en la cama. El señor miyagi la tomó en seguida.

- Mire, dice, Daniel LaRusso.

- No sabía que tú y el niño cobra ser novios

- ¿Qué?, no, no somos novios, yo, el, somos amigos

- Pero verse bien juntos. Diferentes pero iguales.

- En verdad, invite a mi amigo para que viniera señor Miyagi, me gustaría que lo conociera, siento que él necesita de su ayuda. Decía mientras guardaba la fotografía en su billetera.

Johnny llegó a la casa del señor Miyagi, Daniel sonrió al verlo entrar por la puerta, saludando al asiático y a su casi novio, Johnny se sentó en el piso donde se encontraba la torta mientras el anciano le entregó un gorro de cumpleaños.

- Traer fuego, Daniel San, volver

Daniel aprovechó el instante donde el señor Miyagi fue a la cocina para besar a Lawrence.

Daniel se asustó al ver unos pies detrás de su casi novio, el señor Miyagi había encontrado el fuego rápidamente y los había visto. Esperó un momento
para salir de la cocina para que Daniel no se avergonzara de la situación, prendió la vela y los tres le cantaron feliz cumpleaños, luego llegó la hora de los regalos, el señor Miyagi le entregó un paquete el cual tenía dentro un hermoso gi blanco con un bordado echo por la señora Miyagi, Daniel abrazó al anciano y le dijo que si lo quería devuelta entendería la situación, el asiático le dijo que tenía un segundo regalo para el, los tres fueron al jardín y el señor Miyagi le dio a elegir un auto a Daniel.

Luego del increíble cumpleaños echo por el señor Miyagi, Daniel le pregunto a Lawrence el porqué no le entregaba el regalo que tenía en sus manos.

- El señor Miyagi me ganó con sus regalos, lo mío no es nada al lado de los suyos.

- Dios Johnny, hasta ahora mi mejor regalo fue tu carta, cualquier cosa que me dieras para mi será lo más lindo del mundo.

Johnny le dio dos cajas, una mucho más pequeña que la otra. Daniel abrió la primera y era un reproductor de música parecido al de Johnny con audífonos de color negro, a Daniel se le iluminaron los ojos, le encantaba escuchar música y ahora podría escuchar cualquier canción en cualquier lugar. Abrió luego la caja más pequeña, que tenía varios casetes con cartas pegadas. Johnny interrumpió la impresión de Daniel.

- Siempre que escuchaba alguna canción y pensaba en ti la guardaba y escribía el porqué me hacía pensar en ti, se que es algo tonto, pero...

- Dios, enserio te estás ganando que ahora que soy legal, vaya a un abogado y le diga que me quiero casar contigo. Es lo más lindo del mundo Johnny, nada le puede ganar a este regalo.

Daniel y Johnny pasaron la tarde en casa del moreno, junto con Ali, Bobby Brown, Lucille, el señor Miyagi y el detestable humano, según Lawrence, Mike. A Lucille le llamó la atención la incorporación de otro cobra al círculo cercano de su hijo, pero si él era feliz, lo otro no le importaba.